Compañeras y compañeros de trabajo de Ángel Gordillo, delegado gremial y secretario de Organización de la UOM Seccional Río Grande, al estimar que no se lo veía bien convocaron esta mañana a una ambulancia del Hospital Regional Río Grande, para que le realizaran un control médico.
Finalmente se comprobó que no tenía mayores problemas de salud, más allá de la lógica debilidad por la dura medida. Aunque llamó la atención las manifestaciones de una de las integrantes de la delegación sanitaria, quien les manifestó al llegar que debían “pedir a la empresa que llame a Medical Sur” para atender a Gordillo.
Los trabajadores le explicaron que precisamente nada podían pedir a la empresa, ya que Gordillo había sido despedido y la medida era contra la patronal. De todas formas vale aclarar que se realizó el control, del cual se desprendió que Gordillo estaba compensado.
Por otra parte el propio dirigente metalúrgico confirmó que no hubo cambios en la situación y dijo que sigue “sin comunicación alguna por parte de dirigentes políticos, funcionarios o alguien de Derechos Humanos de la provincia”. Asegurando que “la decisión es seguir con la medida” y volviendo a responsabilizar “directamente a la jueza laboral Edith Cristiano y a la empresa”, por la situación que le toca atravesar y las consecuencias que pueda tener “personal y familiarmente”.