Carla Wichmann, integrante de la asamblea “Comunidad Costera Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur”, comenzó señalando que “La búsqueda permanente de formas alternativas al extractivismo, en Tierra del Fuego, no es reciente. Tampoco es reciente el cuidado del ambiente y la expansión de otras maneras de habitar este territorio sin destruirlo. “La lucha contra” y “el cuidado de” son expresiones de una comunidad consciente, despierta, activa, comprometida. Se trata de un mismo movimiento: si no impedimos que avance el extractivismo, no tendremos qué cuidar, si no cuidamos, avanzará el extractivismo”, reflexionó la militante ambientalista.
Después señaló que “Cuando hablamos de la lucha contra el extractivismo, en la provincia, rápidamente acude el recuerdo de lo que fue, hace veinte años, la resistencia y el triunfo contra la empresa norteamericana Trillium Corporation (hoy Lenga Patagónica SA), que pretendía explotar más 77000 hectáreas de bosque subantártico para convertirlo en aserrín. Otro hito fue el freno a la construcción del Corredor Beagle, en 2019, que representó un nuevo quiebre en la voluntad rapiñadora de los gobiernos y empresas que reinaron en la isla en las últimas décadas”, repasó.
Mencionando, además, que “El proyecto del corredor autopista atravesaba bosques milenarios, arrasando con sitios arqueológicos y ecosistemas irrecuperables. Aunque lamentablemente en algunos tramos la destrucción avanzó, la obra completa se paralizó gracias al accionar colectivo y comunitario. El triunfo más reciente fue contra las salmoneras durante 2021. Hoy contamos con una ley pionera en el país que prohíbe la salmonicultura en el mar. La comunidad dijo No. Por otro lado, cuando hablamos de conservación y preservación, aparece el bellísimo Corazón de la Isla, de 1995 (hoy devastado por el incendio de fines de 2022); la creación de la reserva Costa Atlántica en 1998; la recuperación de la Bahía Encerrada en 2009 y la tan anhelada declaración de nuestra amada Península Mitre, en 2022, entre otros. La comunidad entonces dijo Sí”, remarcó Wichmann.
En ese mismo sentido, advirtió que “El ambientalismo en la provincia no es una novedad, no es una moda, tampoco es ecofascista (como algunos empresarios y funcionarios quieren hacer creer a la sociedad); el ambientalismo en la provincia es parte de la identidad fueguina”.
“Desde hace cuarenta años, de forma sigilosa, las corporaciones Total Energies (francesa), Wintershall Dea (alemana, por ahora, próximamente inglesa) y Panamerican Energy (subsidiaria de la inglesa British Petroleum), con la complicidad de los sucesivos gobiernos provinciales y nacionales, han expandido la explotación de hidrocarburos en el mar. Hoy buscan ampliar esa frontera focalizándose en la explotación offshore: con exploraciones sísmicas que realizan bombardeos acústicos permanentes que destruyen el ecosistema marino en su totalidad, desde la Costa Bonaerense hasta estas latitudes y entre la Isla grande de Tierra del Fuego y las Islas Malvinas (el Mar hoy es una cuadrícula); con extracción de gas y petróleo en aguas profundas; con la creación de un polo petroquímico y un puerto privado. Todo ello para exportar, acumular y enriquecer a los mismos de siempre. Exportar, por ejemplo, a Chile. En realidad, exportar directamente a la canadiense Methanex, que espera ansiosa a que empiece a funcionar la nueva plataforma offshore Fénix, construida en Italia y operada por trabajadores golondrina” indicó la integrante de la asamblea.
En otro tramo, expresó que “Paradójicamente, el mismo gobierno que fomenta la producción de combustibles fósiles en plena crisis climática, es el que avanza con anuncios y convenios para la producción de hidrógeno verde (también para exportar). Este tipo de desarrollo arrasará con miles de hectáreas cultivables y generará residuos de sal en cantidades y concentraciones tóxicas, entre otros impactos negativos en el ambiente”.
Luego mencionó que “Las petroleras en el mar y los aerogeneradores en la tierra. La contradicción es obscena. Por eso entendemos que manifestarse en contra es un acto de dignidad, conciencia y coherencia con la vida. Pero no se trata solo de petróleo, gas o hidrógeno verde. Recientemente un buque pesquero recaló en el puerto de Ushuaia y cargo 100 toneladas de centolla, nuevamente, y obviamente, para exportar. Lo cierto es que para un habitante medio de esta provincia la centolla es prehistórica. Lo cierto es que para los pescadores artesanales la posibilidad de desarrollar la actividad fue aniquilada. Lo cierto es que la comunidad fueguina no puede acceder a aquello que es propio de su territorio”, afirmó Carla Wichmann.
La referente de la asamblea “Comunidad Costera de Tierra del Fuego AeIAS” manifestó que “El extractivismo, no es ni más ni menos que esto: el saqueo, el desplazamiento, el despojo, la contaminación, la pobreza, la desigualdad social, la muerte deliberada, provocada, inducida. La situación actual es la prueba ineludible de que el beneficio económico es únicamente para las empresas y los funcionarios involucrados. El INDEC (2023) publicó que en Tierra del Fuego el 25,4% de la población es pobre, es decir 44348 personas. Cuatro décadas de explotación de hidrocarburos en el mar se traducen en un presente en el que una de cada cuatro personas en la provincia es pobre”, aseveró.
Para luego agregar: “Les propongo visitar las numerosas urbanizaciones que hay (12285 por debajo de la línea de pobreza según INDEC) y veamos a dónde va el gas que hace cuarenta años se extrae frente a nuestras costas, hablemos con los vecinos y las vecinas ¿cuántos saben de donde viene el gas de la garrafa que a duras penas pueden subir hasta sus casas? ¿Qué pasa con el acceso a la información? ¿Cuándo se consultará a las comunidades de forma verdadera y efectiva (y no con simulacros de audiencias públicas), ante proyectos que condenaran su futuro? Proyectos que se instalan para beneficiar a corto y mediano plazo a las empresas que desde hace 40 años nos vienen saqueando. Total, de Francia, Wintershall, por ahora de Alemania, Equinor, de Noruega, Tulow, Shell y BP, británicas, Qatar Energy, de Qatar, entre otros, son los nombres propios del despojo. Nombres que no debemos olvidar”, puntualizó.
Más adelante, expresó que “Hoy las fueguinas y los fueguinos nos organizamos a través de la Asamblea de la Comunidad Costera de Tierra del Fuego, AeIAS, para frenar el avance descontrolado del modelo extractivista sobre nuestros cuerpos y territorios. La asamblea es diversidad, creatividad, lucha, resistencia, amistad, persistencia, esfuerzo, trabajo, también cansancio, también frustración y también tristeza ante un escenario complejo y de políticas públicas de entrega. Sin embargo, esto no nos detiene porque esta Comunidad es Costera, es Isleña y siente el Mar que la abraza desde el norte y se enraíza en bosques y se eleva en montañas”.
“Esta Comunidad tiene identidad y tiene memoria. Esta Comunidad no acepta la fragmentación impuesta por este modelo en donde el mar es una cuadricula y la montaña conquista. Esta comunidad le dice sí a la soberanía alimentaria con espacios como el de la Catedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Universidad de Tierra del Fuego (CALISA), o con los productores hortícolas que habitan en toda la isla, personas maravillosas que nos transmiten los conocimientos ancestrales que el sistema nos quiso hacer olvidar. Imposible en este sentido no mencionar a Pancho Barría, quien, con su generosidad, sus manos y su memoria sostiene la vida. Esta comunidad se organiza ante la crisis política y social en asambleas como la APU en Ushuaia o los Autoconvocados de Río Grande y forma parte de organizaciones fundamentales como Maneken`k, la Asociación Bahía Encerrada, Conservación de Península Mitre, APROTUR, la Fundación Ushuaia 21 o de espacios tan necesarios y urgentes, genuinos y comprometidos como a Limpiar Ushuaia, A Limpiar Tolhuin y A Limpiar Río Grande, entre tantas otras agrupaciones y organizaciones que a lo largo y ancho de la provincia reivindican, cuidan y defienden, como también lo son la Asociación Mujeres e Hijes Familiares de Detenidos y Detenidas o la Universidad Trashumante, desde sus espacios, junto con tantos otros. Hay un mar de fueguitos, es que somos fueguinos”, señaló.
Ya sobre el final, indicó que “si bien la isla tiene su territorio y sus comunidades, no está aislada. Somos parte de una red de resistencias que se teje entre compañeras y compañeros que se encuentran cruzando el estrecho, pero también habitando esta isla en toda su expansión. No reconocemos las fronteras impuestas por el modelo. Somos Comunidad con quienes resisten ante el extractivismo en la Puna y somos comunidad con quienes resistente ante el extractivismo en Chile. Quizás sea esa justamente nuestra mayor fortaleza: no ceder ante la fragmentación impuesta. No aceptamos que rompan nuestros lazos con la tierra, con el mar, con nuestras hermanas y hermanos, nuestros lazos con la vida”.
“Hoy nos encontramos resistiendo y sosteniendo la lucha, no porque nos guste vivir así, sino porque entendemos que, si no hacemos algo para frenar este avance explícito, desaforado y voraz, solo cenizas quedaran en esta Tierra del Fuego. Por eso nos vemos este lunes en otro Atlanticazo, como cada día 4 de cada mes”, concluyó Carla Wichmann.