Los vecinos de Cámpora 311, en su momento concurrieron con notas a la Delegación de Gobierno, fueron citados por Desarrollo Humano, recurrieron a la Secretaría de Energía, le escribieron una carta al propio gobernador, Gustavo Melella, pero llevan más de seis meses desde que la empresa Camuzzi les cortó el servicio de gas por las instalaciones precarias y no encuentran una alternativa para resolver la situación en la que se encuentran las 11 familias que residen allí, entre ellas algunas compuestas por madres solas con sus hijos, adultos mayores y personas con discapacidad.
Oportunamente, comentaron los reclamos que venían realizando a quien decía ser el propietario del lugar, José Leonardo Henríquez Vázquez, solicitándole que pusiera en condiciones las instalaciones de gas y energía eléctrica “las cuales nos ponen en serio riego, tal como nos señalaron desde Bomberos cuando, en el mes de julio (de 2022), concurrieron al lugar por un incendio que pudo tener resultados fatales. Además, el lugar no cuenta con agua potable y tenemos que acceder a la misma mediante bidones”, relataban en una nota.
También mencionaban que “Esta persona, quien reside en Chile y viene cada 4, 5 o 6 meses a cobrar los alquileres, nunca se hizo cargo de resolver los inconvenientes y profirió amenazas a quienes se los planteábamos, sobre todo a quienes sabía que son mujeres solas y en situación de vulnerabilidad”.
Advertían en una nota: “no tenemos dónde ir, somos familias trabajadoras, muchas nos sostenemos con pensiones y bajos ingresos, no tenemos la posibilidad de alquilar en otro lugar, ni familiares con espacio que puedan alojarnos. Por eso solicitamos, mientras se resuelven las cuestiones de fondo, algún tipo de contención para no quedar en situación de calle”, pero después de seis meses, la situación no ha variado.
Una vecina lo confirmó señalando que “pasaron los meses, hicimos muchas gestiones, pero nadie nos supo dar una solución. Ahora se avecina el invierno de nuevo, las temperaturas empiezan a ser cada vez más bajas y nosotros seguimos en la misma situación. No podemos hacer frente a los trabajos que nos exige Camuzzi y quien decía ser el dueño del edificio, que finalmente no lo era legalmente, desapareció. Por eso pedimos que quien nos pueda dar una mano se acerque, porque somos 11 familias en una situación realmente desesperante”, concluyó la mujer.