Así lo demuestran los datos de varios comercios locales, comparando marzo con el mismo mes del año pasado, el precio del kilo de pollo subió de $550 a $999 (81%) y el de osobuco pasó de $260 a $700 (170%). Lo mismo en otros rubros como en la construcción con el aumento superior al 80% que padecimos en el acero y como el incremento de las cuotas en la educación privada que superaron el 60% en todos sus niveles, llegando en algunas instituciones al 100%.
Ante ésta pérdida del poder adquisitivo de nuestros salarios, la economía familiar recurre permanentemente a la financiación de los bancos; en los cuales las tasas de sus intereses para un préstamo personal tienen el piso del 100% por año y a su vez nos ofrecen el 46% de intereses para los depósitos en plazo fijo; cayendo cada mes un poco más en ese espiral de la inflación y que sin dudas se demuestra que favorece a los sectores concentrados de la economía, como son en nuestra provincia los industriales, los dueños del turismo y las empresas petroleras.
Así, más de un empachado con la timba financiera y algunos industriales que cazan en el zoológico de la 19.640, se quedan con la mejor parte de la hacienda. Son parte del mismo grupo de accionistas en las empresas de alimentos, el transporte y la tecnología. Quienes en plena pandemia decían que los teléfonos eran esenciales, los miserables que nos querían hacer devolver las horas que estuvimos en cuarentena y que recibieron subsidios de todos los gobiernos, engordando sus cuentas con los aportes de nuestros diezmados bolsillos.
A pesar de ello, clásico de las aves de rapiña, una parte de ellos mismos hasta se atreve a decir cualquier tipo de barbaridades acerca del sub régimen de promoción industrial, ante un vacío de información que justifica la tibia interpretación de lo que significa geopolíticamente una provincia como la nuestra, tanto desde el Gobierno de Tierra del Fuego como del Gobierno nacional. Los primeros por no reclamar para “no caer mal” y desde nación por discriminar a los textiles de los mismos beneficios que a las electrónicas y seguir sosteniendo la vieja historia del déficit.
Esta sociedad entre los gobiernos y los empresarios es la que nos lleva a la miseria y al hambre; porque prometieron paritarias libres que superarían a la inflación y como si fuera una especie de “cuento chino o mentira macrista” en la cual muchos burócratas sindicales también hacen negocios, nos quieren obligar aceptar el 45% para este año.
La misma sociedad gobierno-empresarial que autorizó el 55% de aumento en los alquileres y que hacen de la problemática habitacional un fenomenal negocio inmobiliario, obligándonos a los residentes a tener que vivir en usureros alquileres temporales como sucede en Ushuaia; mientras que en Río Grande el metro cuadrado de terreno cuesta lo mismo que en capital federal, haciendo casi imposible el arraigo genuino.
Sin dudas la herencia, la pandemia, la sequía y la escarcha, la guerra y sus daños colaterales son gran parte de las justificaciones que encontremos en sus respuestas, pero no puede ser posible que en toda crisis y aun en la recuperación, los platos rotos los paguemos siempre nosotros, los asalariados, los nadie.
Nos congelaron y nos despidieron cerrando fábricas y comercios. Aprovecharon el peor de los contextos y carnearon hasta los huesos y ahora, con record de exportación, superávit de producción y crecimiento del empleo –según sus propios datos-; nos comienza a ir mejor, sin embargo pretenden hacernos creer que no se puede recuperar el salario y nos dicen que tenemos que seguir aguantando, que “si a los empresarios les va bien, a nosotros –como ese verso de la “copa” del estilo de personajes como Milei- nos irá mejor”.
Si siguen los viejos tiempos o el futuro prometido no aparece, si seguimos en esa desinteligencia colectiva que nos hace esperar a que alguien llegue para salvarnos, podrán seguir amenazándonos y tratarnos de catastróficos. Llevarnos a la justicia mediante la utilización de la violencia institucional que promueven hasta llegar a la represión física y la prisión de referentes políticos. También podrán seguir haciendo lo que pasa con Ambassadoor y Digital Fueguina y dejarnos en la calle, o despedirnos cuando ellos quieran y reabrir al poco tiempo con recortes en las condiciones laborales como lo hicieron con Brightstar Fueguina.
Debemos tener la contundencia de expulsar a los parásitos que viven de nuestro sudor en todos los órdenes, a los privilegiados, a los ñoquis, a los especuladores y a todo lo que huela a “grietas”. Debemos organizarnos y levantar las banderas de la unidad del pueblo obrero porque la lucha es hoy y siempre, retomando la posta que dejaron en 1886.
Hablemos de los sueldos opulentos de muchos de los políticos y jueces, abramos las estructuras de costos de los productos y veamos la ganancia empresarial. Organicemos cada sector en el trabajo, en los sindicatos, en los barrios, en las escuelas y universidades, desde el campo y las líneas de producción hasta el mostrador; para reclamar con todos los paros y movilizaciones que sean necesarias, con la crítica y el cuerpo en la calle, que paren con el saqueo de nuestras vidas.
Honremos nuestro día luchando, parando la pelota para al menos reflexionar sobre lo que nos merecemos. Mañana serán de nuevo 8 horas para descansar y otras 8 para recrearnos gracias a tantos “mártires” y a quienes aún mantienen viva la lucha por la unidad internacional del movimiento obrero. No las desaprovechemos.