En las últimas horas, el Ministerio de Trabajo dictó Conciliación Obligatoria por 15 días en el conflicto que atraviesa la compañía. De acuerdo a lo que se pudo saber hasta el momento, se habría fijado una audiencia para el día 17 de noviembre a las 17 horas.
De acuerdo a lo trascendido, la empresa tomó una drástica decisión acerca de sus empleados y comenzó a enviar 1.800 telegramas de despido, lo cual implica deshacerse de casi dos tercios del personal.
En el caso de la sucursal de Río Grande un subgerente y el encargado de depósito habían solicitado que se aclarase su situación laboral y, al no hacerlo Garbarino, ya habían enviado un telegrama considerándose despedidos. Por otro lado, cinco empleados recibieron el telegrama desvinculándolos de la compañía y se desconoce si les abonaron las correspondientes indemnizaciones.
Es así que, a punto del cierre de 2021, la situación de los trabajadores de Garbarino no cede en dramatismo. Vale recordar que las 4.000 familias ligadas a la compañía suman más de un semestre de sueldos impagos de forma completa y, entre los empleados, predomina la idea de que el destino de la cadena no se resolverá en el corto plazo.
Mientras tanto, continúan los intentos de la empresa por abrochar un retiro voluntario que el plantel laboral observa prácticamente como “una falta de respeto”; ante la incertidumbre que les genera acogerse a tal forma de desvinculación sin que se les garantice pago alguno.
A fines del mes pasado, y bajo el título "Asunto, plan de retiro voluntario Garbarino", la firma envió una propuesta con cláusulas que prometen iniciar el pago de indemnizaciones recién a partir de enero del año próximo y en 24 cuotas consecutivas.
Es decir, de aceptar una oferta así, los empleados deberían pasar dos meses sin percibir ningún ingreso y, además, resignarse a terminar de cobrar el monto total correspondiente en enero del 2024. Fue así que el grueso de los trabajadores rechazó una salida de esas características.
Mientras tanto, el retail ya cesó sus operaciones de comercialización en todo el país y apenas sobrevive un puñado mínimo de sucursales, que atienden algunas consultas en el interior de la Argentina.
“No quedan locales haciendo ventas, la cadena no opera más de esa forma. Hay sucursales que levantan la persiana en San Juan, Chaco, Salta y Paraná, pero nada más. No están comercializando productos", dijeron a medios nacionales, representantes de los empleados.
Consultados respecto del diálogo con la cúpula de la compañía, respondieron que "(Carlos) Rosales fue matando la cadena de a poquito", además de señalar que el empresario "está fugado, no aparece por ningún lado, y tenemos dudas de que hoy esté en la Argentina", remarcaron los representantes gremiales.