En Río Grande, donde el viento corta la piel, los inviernos parecen interminables y el sol se esconde a tempranas horas, hay algo que nunca se enfría: la pasión por el futsal. Entre gimnasios estatales, canchas de barrio y clubes sostenidos con esfuerzo, se construyen historias de sacrificio, superación y valores que atraviesan generaciones. Como afirman Barrientos, Vidal, Vera, Andrade y Contreras, el deporte no solo es una actividad física, sino un espacio de integración social y formación de identidad.
Entre las décadas del 70 y 80, con la influencia de inmigrantes y familias llegadas de otras provincias, el futsal se consolidó rápidamente en gimnasios y clubes barriales. Desde sus inicios, la disciplina no sólo ofreció una alternativa recreativa frente al clima extremo y la escasez de espacios abiertos, sino que también se convirtió en una herramienta de contención para niños y jóvenes. Es un hecho que los clubes funcionan como espacios de socialización donde se transmiten valores como el esfuerzo, la disciplina y la cooperación, reforzando la función comunitaria del deporte.
En cada cancha, ya sea techada o improvisada, se entrelazan historias de sacrificio y resiliencia. Los entrenadores asumen roles de guía y mentor, y las familias brindan apoyo constante pese a las dificultades económicas y geográficas. Entre torneos locales y competencias provinciales, se forjaron generaciones de jugadores que aprendieron a competir, resistir y soñar, con la mirada puesta más allá del sur del país.
El sacrificio y esfuerzo detrás de los sueños
Andrea Vera, de 23 años, quien siendo madre divide sus tiempos para poder gozar y disputar las canchas tanto en el Club SOIVA, como en Camioneros representado a Río Grande, recordó sus comienzos. Su afición por este deporte inició desde la niñez, cuando jugaba en la plaza del barrio con su hermano y viendo a su papá quien jugaba en el Club 25 de Noviembre y compartían la misma pasión. Su debut en la competencia fue a los 13 años, formó parte de clubes como Estrella Austral y San Isidro y hoy comparte la felicidad que le brinda poder desempeñarse en la cancha con su hermana Claudia. En este sentido, la jugadora destacó que aún existen aspectos que no han cambiado con el paso de los años: “No siempre hay recursos ni espacios para entrenar. A veces tenés que esperar que liberen una cancha o usar una que está fría, sin calefacción, pero las ganas sobran”.
El “Toro” fueguino Nelson Barrientos, quien hoy, con 22 años, forma parte de la Selección Argentina de Futsal AFA y en Paraguay se concentra para los partidos que debe jugar en la Liga Evolución. No es en vano que, el mes pasado, Nelson gritaba “¡Dale campeón!” con la azul y oro, porque su perseverancia lo llevó a ganarse un lugar en el plantel del Club Atlético Boca Juniors, en Buenos Aires. En su intervención, el jugador recordó sus comienzos en Río Grande, donde rememoró su paso por clubes como Luz y Fuerza, y su amado Club San Martín, el cual lo vio nacer. En esa línea, el flamante jugador fue categórico al recordar que: “De chico practicábamos con camperas prestadas, pelotas usadas y lo que había, pero el sueño no se apaga. Llegué a entrenar en el campo, pero sin dudas, el futsal saca a los chicos de la calle y les da rumbo”.
Sus primeros pasos los fue dando en clubes de la ciudad de Balcarce allá en Buenos Aires, pero cuando tenía 8 años, por razones laborales, sus padres optaron por elegir a Río Grande como el lugar permanente para forjar su futuro y el de sus dos hijos, Pablo y Andrés. Hoy desde Italia, con 33 años Pablo Vidal forma parte del Sporting Sala Consilina, pero al hablar de su presente también se debe hacer hincapié en que no fue cuestión de suerte.
En el plano local, el Conejo formó parte de clubes como Latinoamérica, ADEFU, Pingüino Futsal, Sportivo, ex Instituto La Misión, entre otros y también representó a la ciudad en Camioneros de Río Grande disputando y ganando torneos tanto a nivel provincial como a nivel nacional. Fue en ese entonces que las miradas de los dirigentes de clubes de gran índole notaron y quisieron en sus clubes ese talento. A los 15 años, Vidal decidió dar el salto y en Buenos Aires, formó parte de clubes como el América del Sud, Boca Juniors, San Lorenzo y nuevamente, representó no solo a los fueguinos, sino a todos los argentinos en la Selección Argentina de Futsal AFA.
Para Vidal no hubo techo, sus ansias de tener más experiencias lo llevó a armar sus valijas y emprender su viaje a Europa. Allí se le abrieron puertas en el Industrias Santa Coloma (España), el L84 de Volpiano (Turín) y desde el Sala Consilina de Italia nos contó: “Salir de Río Grande no es fácil, hay que hacer muchos sacrificios porque los clubes no siempre tienen infraestructura ni recursos. Pero el futsal enseña a no rendirse, lo que uno aprende allá, en esas canchas, no se olvida nunca”.
La Liga Fueguina Independiente se fundó el 1 de marzo de 1986 y con 49 años de vigencia vio pasar a distintos dirigentes, como también debió hacerles frente a varias dificultades en torno a la gestión. En ese marco, su presidente Cristian Andrade, quien tuvo su desempeño en las canchas siendo jugador y acompañó a un sin fin de jugadores, precisó: “El esfuerzo es colectivo, los clubes funcionan como segunda casa. Cada entrenador, cada familia que acompaña, contribuye a que los chicos y chicas no solo jueguen, sino que se formen como personas”.
Con una sólida formación en el ámbito deportivo y comunicacional, Leonardo Contreras es un profesional multifacético que supo articular su pasión por el futsal con la comunicación y la dirección técnica. Realizó el curso de Director Técnico de Fútbol en Buenos Aires, donde comenzó a vincularse con el futsal desde el periodismo, la fotografía y la cobertura de eventos deportivos. Su experiencia incluye su labor en el reconocido sitio Pasión Futsal, con el cual realizó coberturas nacionales e internacionales, entre ellas el Mundial de Futsal de 2016 en Colombia, donde la Selección Argentina obtuvo su primer título mundial.
Contreras, quien ideó junto a Daniel Heredia el medio deportivo Minuto Final, sostuvo: “El futsal enseña disciplina, perseverancia y trabajo en equipo. Los que entrenan con frío y dificultades hoy pueden ser los próximos que representen al país”.
Apoyo familiar y comunidad: la base del deporte
El futsal en Río Grande no sería lo que es sin el respaldo de las familias y la comunidad. Nelson recordó sus inicios y puntualizó en el factor clave para llegar a donde está hoy en día: “Fue muy muy difícil, más que nada el primer año, fue muy complicado. Extrañaba bastante, por ahí tenía ganas de volverme, pero son las ganas de cada uno que tiene para lograr lo que quiere. Entonces traté de no irme de foco nunca, de seguir metiéndole y me apoyé mucho en mis compañeros de equipo, porque tampoco tenía familia acá en Buenos Aires, entonces por suerte vine con Lautaro, que estábamos juntos, y eso me hizo mucho mejor”.
Por su parte, Andrea remarcó con orgullo: “Mis papás siempre me acompañaron un montón, mis hermanos también. Mis padres movieron cielo y tierra para acompañarme y no minimizaron mis problemas, eso me hizo entender un montón. Hoy la familia sigue siendo importante todo lo que me pasa en el deporte y me pasa en la vida, todas mis historias de mi vida son mi familia y mi hija más que nada, y así lo vivo hoy”.
Pablo Vidal también destacó la importancia de la familia y el entorno en su camino hacia Europa: “Salir de Río Grande y llegar a jugar en Italia no habría sido posible sin el acompañamiento de mi familia y de los clubes que me formaron. Yo me fui a los 15 años de mi casa y pasé mi primer cumpleaños solo, llorando en una calle. Estos son los golpes o situaciones a los que uno no está acostumbrado, la verdad es que la familia siempre está. Por más que yo haya tomado la decisión de irme a los 15 años, aunque por ahí a la mamá y al papá de uno le duelan, ellos siempre están y están al pie del cañón para apoyar en los sueños. Creo que, si no hubiese sido por mi familia, por mis amigos que siempre estuvieron al lado pase lo que pase, hoy no estaría acá”.
Tanto Cristian como Leonardo coinciden en cómo los clubes se convierten en centros de contención y familia: “Acá los entrenadores no solo enseñan técnica, sino guían a los chicos y chicas en valores, disciplina y respeto, y las familias son parte de eso porque alientan, acompañan y sostienen sueños”, sostuvo el presidente de la Liga. Leonardo añadió un aspecto importante que sostiene a los clubes y a sus jugadores: “El apoyo de la comunidad es fundamental. Los chicos aprenden a colaborar, a respetar reglas y a cuidar de sus compañeros. Eso trasciende la cancha”.
Valores y enseñanzas
Todos los entrevistados coinciden en que el futsal forma personas, no solo jugadores. Andrea destacó: “El futsal nos enseña a ser fuertes, a confiar en nuestro equipo y a superar obstáculos. No es solo competir, es aprender a vivir con disciplina y respeto”.
Nelson reforzó dicho aspecto: “Aprendés a no rendirte, a trabajar en equipo y a respetar a los demás. Son lecciones que llevás a la vida, no solo a la cancha”.
Vidal agregó: “Los clubes enseñan valores que después llevás a todos lados. La disciplina, el esfuerzo y la paciencia que aprendés en Río Grande te acompañan incluso cuando jugás en otro país”.
Asimismo, el titular de la Liga subrayó: “El deporte enseña solidaridad, respeto y responsabilidad. Cada torneo y entrenamiento deja huellas en los jóvenes”. Leonardo Contreras concluyó indicando: “Acá el futsal es escuela porque enseña organización, compromiso y perseverancia”.
Distancia y desarraigo: el precio de los sueños
Salir de Tierra del Fuego implica desafíos adicionales. En este punto, Nelson se refirió al primer año lejos de su familia: “Fue difícil dejar la ciudad y a mis padres, pero la motivación y las ganas es lo que te mantienen enfocado”.
Pablo explicó: “Salir del sur hacia Europa requiere paciencia, disciplina y mucha fe. El esfuerzo comienza en Río Grande y se consolida en cada paso que das afuera”. Conejo también reflexionó sobre las situaciones personales que le hizo replantearse el volver y pausar el ámbito deportivo, como las fechas especiales o la triste pérdida de su padre, teniendo que afrontar el luto a la distancia, lejos de su hermano y su madre.
Andrea también compartió su mirada desde el plano local y dijo: “Para las chicas también fue remar desde abajo, con menos recursos y reconocimiento, pero eso fortalece el carácter y el trabajo en equipo. Entre las dificultades que todavía se enfrentan, además de la importante desigualdad económica, me parece que para muchas mujeres jugar al fútbol implica un esfuerzo doble o triple, porque además de entrenar, trabajan, estudian, tienen que cuidar a sus hijos y todo lo que eso conlleva. A veces no hay quien te acompañe o quien entienda ese compromiso, me parece que el esfuerzo que hay detrás de toda jugadora es enorme e impresionante”.
Cristian Andrade y Leonardo Contreras destacan cómo estos desafíos hacen que los jóvenes valoren la disciplina y el apoyo comunitario, elementos que se reflejan en su crecimiento personal y deportivo.
Identidad, contención y esperanza en el futsal
El futsal en Río Grande cumple un papel social fundamental. Nelson fundamentó que la disciplina: “Saca a muchos chicos de la calle, les da un rumbo y les enseña valores”. Pablo coincidió con su colega y dijo: “Forma personas con respeto, disciplina y trabajo en equipo. Cada entrenamiento es una escuela de vida”.
Andrea agregó: “Sí no estás vinculado a alguna actividad extraordinaria, me parece que estás un poquito condenado a estar encerrado y te lleva a la soledad. El deporte es algo sano, es algo lindo. Además, te enseña valores que son fundamentales, la disciplina, el trabajo en equipo, la empatía, el respeto, la resiliencia, me parece que en muchos casos los clubes son el primer espacio donde los chicos y las chicas encuentran un lugar de pertenencia. En un hecho que el pibe esté en la calle o situación difícil, en un club puede apaciguar el momento y no ser tan trágico. Simplemente en la juventud el deporte te ayuda a formar una identidad y por ahí en el mejor de los casos hábitos saludables, me parece que la adultez sigue siendo un espacio bueno para la salud física, mental y social”.
A su vez, el presidente de la Liga Fueguina Independiente precisó: “Los clubes son el corazón de la ciudad. Son contención, guía y comunidad”.
Leonardo Contreras reforzó los ejes fundamentales que hacen a dicho deporte e indicó: “Cada entrenamiento, cada torneo, refuerza la idea de que el futsal es más que un deporte: es formación, integración y oportunidad”.
Cuando el talento choca con las limitaciones
El futsal en Río Grande refleja no solo pasión y esfuerzo, sino también las desigualdades que enfrentan quienes buscan desarrollarse en el deporte. Andrea Vera, con su experiencia como jugadora en clubes locales, señala que ser mujer agrega un desafío extra: “Para nosotras siempre fue pelear desde los más bajo. A veces los espacios son pocos, los horarios limitados y el reconocimiento no es el mismo que para los varones. Pero eso no nos detiene porque aprendemos a ser fuertes, a confiar en nuestro equipo y a valorar cada oportunidad”.
A la distancia, Nelson Barrientos también recordó los obstáculos que enfrentó en sus comienzos: “Entrenábamos con lo que había: camperas prestadas, pelotas gastadas, canchas frías. Muchos chicos talentosos no pudieron seguir por falta de recursos. Eso te hace valorar aún más cada momento y cada apoyo que recibís de tu familia y tus entrenadores”.
Pablo Vidal reflexionó sobre la distancia y el sacrificio: “Salir del sur implica costos que no todos pueden afrontar: viajes, entrenamientos, tiempo lejos de la familia. El futsal enseña disciplina y esfuerzo, pero también evidencia que hay talento que se pierde por falta de oportunidades”.
En este sentido, Cristian Andrade, explicó cómo las desigualdades impactan en la comunidad: “Hay clubes que no tienen la infraestructura ni el apoyo institucional que necesitan. Los chicos y chicas con más recursos acceden a mejores condiciones, mientras que otros dependen únicamente del esfuerzo de sus familias y voluntarios”.
Por último, Leonardo Contreras, entrenador y periodista, sumó otra mirada: “El deporte podría ser una herramienta más equitativa si tuviéramos más inversión y programas de apoyo. Hoy, el talento no siempre alcanza para superar la desigualdad. Por eso, cada logro de nuestros jugadores es doblemente valioso: refleja pasión y resiliencia frente a obstáculos concretos”.
Los sueños son compartidos
Los protagonistas sostienen que el futsal es un motor de sueños y un espacio de identidad. Las historias de sacrificio, desarraigo, apoyo familiar y esfuerzo se entrelazan para mostrar que en Río Grande la pasión no se congela dado a que se transmite, se comparte y se hace comunidad.
Entre canchas frías, entrenamientos nocturnos y familias que alientan desde la tribuna, el futsal fueguino demuestra que la disciplina, la solidaridad y el esfuerzo son capaces de transformar vidas. En cada gol, en cada pase y en cada entrenamiento, se percibe la enseñanza más valiosa: el deporte no solo forma jugadores, forma personas que llevan los valores para toda la vida.
Hoy, Río Grande cuenta con múltiples ligas, como lo son la Liga Oficial de Fútbol Río Grande, la Super Liga Provincial de Clubes, la Liga Fueguina Independiente, la Liga Amateur o la Liga de Barrio. Además, existen más de 100 clubes o equipos que abarcan todas las categorías. Como destacan Barrientos, Vidal, Vera, Andrade y Contreras, esta estructura deportiva refuerza la cohesión social y permite la construcción de identidad colectiva en contextos desafiantes.
El futsal en la ciudad demuestra que, más allá de la geografía, el frío o la distancia, el deporte es identidad, resistencia y comunidad. Cada entrenamiento, torneo y campeonato refuerza que este juego sigue encendiendo pasiones y construyendo futuros. Como decía uno de sus protagonistas: “El futsal no solo forma jugadores, forma personas”, y eso es lo que hace que el deporte siga creciendo y dejando huella en cada barrio de Río Grande.
* Estudiante de 3° año de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social del CENT 35, en el marco de la materia Prácticas Profesionalizantes II.