La actividad, encabezada por la oficial Natalin Impini, tuvo como objetivo “trabajar en la rehabilitación de las personas privadas de su libertad y ayudar a quienes más lo necesitan, especialmente para estas fechas”, señalaron.
Los huevos de Pascua fueron elaborados con chocolates y confites donados por una empresa de alimentos de Río Grande y reflejaron la posibilidad del trabajo en conjunto entre integrantes del Servicio Penitenciario y quienes se encuentran alojadas en los lugares de privación de la libertad. Desde la empresa prefirieron permanecer en el anonimato ya que “lo realmente importante son los niños, no quienes hayan donado la materia prima para hacer estos productos”, dijeron.
Por su parte, Pamela Fuenzalida, referente del comedor, fue la encargada de recibir los huevos de Pascua y luego distribuirlos entre los niños que concurren al mismo. “Estos gestos hacen una gran diferencia en la vida de los chicos y las chicas, como así también de sus familias; por eso agradecemos profundamente el apoyo recibido”, indicó la mujer.
Desde el Servicio Penitenciario señalaron que el trabajo del personal femenino, junto con las internas, es “fundamental, ya que se demuestra que a través de esa tarea y de la buena voluntad que existe, se puede contribuir a construir un entorno más solidario e inclusivo”.
Finalmente, la oficial Natalin Impini manifestó que “cada pequeño gesto cuenta y puede iluminar la vida de quienes enfrentan dificultades”, remarcó. Vale mencionar que, actividades como la realizada, son valoradas por quienes tratan de mejorar la situación de los lugares de encierro, encontrando algún sentido al tiempo que permanecen allí las personas privadas de la libertad.