Esta ordenanza va a permitir identificar las áreas que deben ser protegidas, por su importancia ecológica ambiental y garantizar de esta manera, una planificación en materia de ocupación del suelo, para un desarrollo urbano y rural sostenible y responsable con el ambiente.
Durante la última reunión de comisión se abordó el proyecto y se avanzó en el tratamiento del mismo, con el objetivo de alcanzar su aprobación.
En este sentido, la edil subrayó que “este proyecto cobra relevancia a la hora de pensar el crecimiento de la ciudad, ya que debemos proteger nuestra zona costera y debemos ser responsables con su uso urbano, por el valor ambiental que tiene y porque son espacios de hábitat para las aves de tipo migratorias”.
En tanto, sostuvo que “debemos preservar los servicios y beneficios que los ecosistemas de humedales prestan a la población de la ciudad, porque tienen una gran extensión y deben ser compatibles con las propias necesidades urbanas de crecimiento que tenemos”.
“Este insumo es importante para planificar de forma responsable y sostenible el desarrollo de Río Grande, nos va a permitir no alterar lugares que son propicios de ser inundables y que requieren de un uso distinto para gestionar el crecimiento urbano que la ciudad demanda, por ello tenemos el compromiso de trabajar en el cuidado ambiental de Río Grande”, concluyó la concejala.