Integrantes de la Asociación Por Un Parto Humanizado, señalaron que “La situación es alarmante debido a la gran cantidad de intervenciones institucionales y prácticas profesionales que generan violencia obstétrica e invisibilizan las necesidades y deseos de las personas gestantes, por nacer y recién nacidas dentro y fuera del sistema de salud”.
Mencionaron, además, que “En Ushuaia el índice de cesáreas del 2021 supera el 68% entre el sector público y privado (según datos de estadísticas oficiales y datos no oficiales). Además, el promedio de episiotomías en partos vaginales supera el 90%”.
Vale recordar que desde la OMS se recomienda que el nivel de cesáreas no debe superar el 20% (contemplando situaciones de embarazos con patologías, condiciones especiales y decisiones personales) y el de episiotomias no debería superar el 10%.
También mencionaron que “En Tolhuin aún no se brinda acompañamiento ni atención a partos, nacimientos ni puerperios inmediatos. Se indica y obliga la derivación a otras ciudades. En la ciudad de Río Grande el índice de cesárea supera el 42%”.
Igualmente reflejaron que “Esto nos habla de lo que ya definía M.Focault, como “iatrogenia positiva”. Estamos ante una realidad de sobre diagnósticos, exceso de recursos, maniobras, prácticas institucionales y profesionales que en vez de ayudar interfieren y perjudican los procesos de partos y nacimientos saludables”.
Por último señalaron: “Las personas gestantes y las personas recién nacidas son quienes continúan poniendo el cuerpo a esta realidad desafortunada, sufriendo las consecuencias de ello, no solo en Tierra del Fuego, sino en todo nuestra Nación y en otros países del mundo. A la violencia obstétrica le decimos basta desde todas partes del país, por todas y por todos las y los que vienen”.