Según MumaLá, un total de 266 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin madre a raíz de estos hechos; al tiempo que Argentina tiene una tasa nacional de 0,9 femicidios cada 100.000 mujeres.
Del total, 194 casos fueron directos, es decir el homicida atacó a quien iba dirigido el odio. Los femicidios vinculados son aquellos que ocurren contra las personas que intentan impedir el femicidio o que quedaron atrapadas en la línea de fuego, también aquellos que son para castigar psicológicamente a la víctima a partir de matar a alguien que ella quiera. Hubo 9 vinculados de niñas/mujeres, 21 vinculados de niños/varones y 9 trans/travesticidios. En el informe se sumaron también 89 muertes violentas asociadas al género, vinculadas a delitos comunes; 12 suicidios de femicidas y 58 en investigación.
Las provincias con tasas más altas de femicidios en diciembre fueron Chaco con 3,8 cada 100 mujeres; Tierra del Fuego con 2,2; La Pampa con 1,6; La Rioja y Jujuy con 1,5; Catamarca y Santiago del Estero con 1,4 cada una.
En el 91 por ciento de los casos los homicidas eran personas que conocían a sus víctimas, siendo parejas, ex parejas, familiares y conocidos. En tanto, el 14% de los femicidas --cuya edad promedio fue de 39 años-- tenía antecedentes penales por violencia de género; un 13% se encuentra prófugo; un 7% abusó sexualmente de la víctima; un 6% fue cometido por integrantes de fuerzas de seguridad y en el 23% el agresor se suicidó.
Para cometer el femicidio utilizaron distintos medios. En un 33% de los casos los asesinatos se consumaron con un arma blanca; en el 23,5% a golpes; el 19,5% con arma de fuego; el 15% mediante asfixia; el 6% con quemaduras y en el 3% no hay datos.
La casa de las mujeres que sufren violencia de género continúa siendo el lugar más inseguro, ya que el 65% de los femicidios se cometieron en la vivienda de la víctima o la vivienda compartida. El informe reveló también que el 16,5% de mujeres víctimas de femicidio ya habían denunciado a su agresor previamente.