Virginia de Gregorio es una vecina de la ciudad de Río Grande que viajará en el mes de noviembre a Francia, llevando consigo valiosos documentos que datan del siglo XIX y dan cuenta del trabajo intelectual que realizó su tatarabuelo, Auguste Brougnes, oriundo de Caixon. Relatando como llegó a los mencionados documentos, cuenta que se encontraba “intentando escribir una historia sobre una abuela mía, una historia muy interesante que tiene que ver con cuestiones de amor, cuando recolectando información un familiar me dice que tenía una bolsa llena de papeles viejos y que me la iba a dar, para ver si yo encontraba algo interesante”.
Al dar con la documentación, dijo que “no podía creer lo que estaba viendo, porque se trataba de documentación histórica, mi tatarabuelo era un médico francés recibido en 1837 en Paris y tanto él como su familia eran agricultores. Entonces veían como se empobrecían los agricultores franceses por falta de tierra y por agotamiento de la tierra; más o menos los mismos problemas que tenemos ahora con la soja”, indicó De Gregorio.
Dijo que, recién recibido, su tatarabuelo viaja “primero a Uruguay, porque le habían comentado que en América del Sur había tierras muy fértiles y consigue un pasaporte, con el cual después cruza a la Argentina y se enamora de los paisajes, de la tierra y las posibilidades que había. Entonces presenta un proyecto, después de haber estado tres años haciendo un estudio, al gobierno de (Justo José de) Urquiza. Él lo recibe, le parece interesante y emite un Decreto para que se traduzca al castellano, que se reparta entre los agricultores argentinos y que se archive en el Archivo Nacional, donde efectivamente está”, señaló.
Virginia de Gregorio tiene en su poder el manuscrito de dicho trabajo, junto con “muchísima documentación escrita por él. Alguna que hizo en su pueblo natal de Caixon y otra escritas en la Argentina, varios documentos oficiales que fueron presentados al gobierno y otros manuscritos”. Cuenta que eso fue lo que interesó al gobierno francés, desde donde la convocaron, aprovechando que viajará en el mes de noviembre a España para visitar a una hija radicada en ese país europeo.
La mujer destaca que su tatarabuelo “llegó a traer a 6600 familias de los Altos Pirineos” y cuenta que “justamente en Francia se encuentran armando una exposición sobre los Altos Pirineo y mi tatarabuelo tendrá un lugar especial, porque fue el primer eslabón que une Francia con América del Sur”.
Sobre la visión vanguardista de su tatarabuelo, Auguste Brougnes, comenta que “él planteaba una distribución equitativa de la tierra, con 32 hectáreas por familia. A cada familia se le daban cinco años de gracia para comenzar a pagar la tierra, se les daba un caballo, una vaca y herramientas. Se prohibía trabajar a los niños, cuando en ese momento era usual, y cada cantidad determinada de familias había que instalar una escuela, una iglesia y un centro médico, o sea que era un proyecto progresista”, remarcó.
Pero luego refirió que “esto se inicia en 1853, en plena lucha entre Rosas y Urquiza, y posteriormente Mitre que no aportaba a estas ideas progresistas. Entonces, en realidad, se termina de frustrar ese proyecto. Aunque después también escribe otro libro muy interesante, que se llama Recursos Financieros y Económicos de la República Argentina, que fue escrito en 1880; donde él plantea que la Argentina necesita la creación de un banco nacional que es previo al Banco de la Nación Argentina”. Comentó, después, que su tatarabuelo “proyecta lo que él llamaba el ferrocarril del oeste, que es lo que luego fue el Ferrocarril Sarmiento”.
Virginia de Gregorio cree que por fin, con la recuperación y socialización de los documentos que encontró, se podrá reivindicar a fondo el trabajo que hizo su tatarabuelo, Auguste Brougnes, sobre el cual se habrían basado también “todos los proyectos de colonias agrícolas que se hicieron en el país”.