La Enfermería cuenta con una gran particularidad y es que se caracteriza por la pasión con la que los profesionales la ejercen, muchas veces dejando pasar fiestas, cumpleaños, eventos personales de la vida diaria que todos disfrutamos; todo para poder ayudar a los demás, pasando horas y horas entre pasillos, quirófanos y consultorios, ayudando a la comunidad para poder tener una mejor calidad de vida con respecto a la salud.
Los primeros años como profesional
Marisol Bustamante llegó a Río Grande en el año 1892 con el sueño de convertirse en enfermera, pero no fue hasta 1998 que, a pesar de los diferentes inconvenientes, pudo cumplir ese anhelo de ejercer aquello que tanto le gustaba.
Ella trabaja hace 22 años en el Hospital Regional de Río Grande. Llegada a la isla desde la provincia vecina de Santa Cruz, y simplemente con el secundario terminado, solo pudo conseguir trabajo en una empresa electrónica. Pero su sueño siempre fue convertirse en enfermera; Marisol nos cuenta que desde chica tuvo el anhelo de poder ayudar a los demás desde su profesión y pasado los años, gracias al apoyo de su esposo, sus hijos y su madre, fue que decidió volver a su ciudad natal de Río Gallegos para estudiar enfermería auxiliar en 1992.
Sin embargo, no fue hasta el 11 de julio de 1998 cuando finalmente pudo comenzar a ejercer en el nosocomio local, encontrándose con una complicada realidad.
Marisol expresa que el tiempo desde que se recibió hasta que pudo ejercer fue duro, debido a que tras no ejercer por aproximadamente seis años, tuvo que adecuarse a nuevas experiencias, a un nuevo ámbito distinto al que había conocido a través de las prácticas, y un nuevo cuerpo de compañeros con el cual trabajar.
Pilares para la experiencia
Con un largo camino en el hospital de Río Grande, el desarrollo profesional fue fundamental para la enfermera y esto fue algo que pudo lograr en compañía de sus pares. "Fue una experiencia hermosa, hasta que se me fueron dos pilares, a quienes extraño mucho, me enseñaron muchas cosas y gracias a ellos pude aprender mucho dentro de la profesión” expresa Marisol, con gran emoción.
Para principio de los 2000, Bustamante adquirió más títulos como el de Enfermera profesional y posteriormente la Licenciatura; y luego de ver pasar tantos compañeros por los pasillos y diferentes áreas del nosocomio, Marisol nos cuenta con nostalgia como puede ver los cambios que se fueron dando a lo largo de los años; muchos pares y superiores que fueron jubilándose, o dejando esta tierra, y cómo ciertas virtudes, como el compañerismo, fue cambiando.
Hoy la enfermera Bustamante trabaja en el área de residencia del adulto mayor junto a un equipo de profesionales que ayuda a que esta área sea más vista dentro del sistema de salud. Pronta a jubilarse, Marisol espera que el hospital sea un lugar donde la empatía y el compañerismo sean primordiales al ejercer como profesionales.
Reconocimiento y cariño por la profesión
Ser reconocidos como profesionales es la lucha que todo el cuerpo de enfermería lleva adelante hasta el día de hoy. Marisol expresa que el reconocimiento va más allá de un simple aumento de sueldo, sino que pueda verse y valorar la enfermería como una verdadera profesión. "Necesitás el sueldo, pero también se necesita que seamos reconocidos como profesionales de la salud". Como apasionada por el tema, Marisol anhela que este reconocimiento pueda validarse pronto.
"Me encanta ayudar y me encanta trabajar en equipo, me gustaría que haya muchos equipos como los que teníamos. Para el que quiere realmente trabajar con la comunidad, enfermería es muy lindo" afirma Marisol.
Así, tras un largo trayecto desde principios de los 80 y hasta la actualidad, es que Marisol pudo expresar su amor y pasión por ayudar a los demás mediante la enfermería. 22 años trabajando para el Hospital Regional de Rio Grande, con altos y bajos, pero siempre defendiendo y luchando para brindar un bien común a la comunidad, desde el lado de la salud.
Pandemia en profesión y lo personal
Así como a todos, la pandemia fue un tiempo duro para Marisol. “La pandemia te aleja de tu familia, tus amigos, tus seres queridos. Estuve 365 días y dos meses más sin ver a mi madre y a mis hermanos. No era igual que antes, que podías salir un fin de semana a verlos y volver”.
En el ámbito laboral Marisol nos cuenta que, a pesar de los protocolos, fue un aprendizaje de todos los días. Costó mucho porque en un principio no llegaban los elementos para los protocolos y debían ir a pedirlos, a pesar de que en su área de trabajo no contaban con contagiados.
Como persona de riesgo, en esos meses de pandemia, Marisol no trabajo solo 30 días, cuando contrajo COVID en agosto de 2020; durante este tiempo a pesar de tener un decaimiento emocional, Marisol pudo salir adelante con el apoyo de sus amigos y su familia, y hasta consiguió hacer más cursos desde casa, capacitándose para dar lo mejor de ella en estos tiempos que hoy por hoy nos toca atravesar.
Debido a esta pandemia, la situación de la salud se ve complicada, “todavía no estamos acorde a la realidad, sobre todo como comunidad. Hay que ver la gravedad y las consecuencias de esta situación, pero creo todo puede mejorar cuando todos ponemos nuestro granito de arena” afirma la enfermera.
Marisol cree que queda mucho por aprender a futuro, y que para que el mismo no nos sorprenda, es necesario mantener la calma y ver la forma de conseguir una salida, “poniéndose la camiseta de la salud”.
*Nota realizada por estudiantes de 3° año de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social del CENT N° 35, en el marco de la materia Prácticas Profesionalizantes II.