En esta cuarentena se han establecido varios grupos de riesgo, que sirven para preservar la salud de los más vulnerables frente a este nuevo virus. Uno de los grupos está integrado por las personas mayores de 65 años, que estuvieron aún más limitados que el resto para vivir en épocas de pandemia.
Rosa pasó la cuarentena con su nieto; ella no debía ni quería exponerse a los riesgos de contagio, por eso hubo muchas personas que le brindaron su apoyo y la ayudaron a realizar sus trámites y hacer las compras. “Mi familia es la que me ayudó completamente. Desde un hijo, a mis nietos, hasta unos amigos, todos preguntando. También puedo agradecer a las personas del BIM 5, que sin saberlo golpearon y me dejaron la bolsa.”
Aunque ella no haya salido, pudo disfrutar de la compañía de sus seres queridos que estaban al pendiente de lo que ella necesitara. “Si no era por una cosa era por otra, pero siempre estaban preguntando si me hacía falta algo, ‘no vayas a salir’, ‘para eso estamos, mamá’, ‘si necesitas ir al médico nosotros te llevamos’. Me sentí demasiado acompañada, el gracias a todos se me hace muy chiquito porque en realidad no sentí ninguna diferencia”.
La importancia de cuidarnos
Para Rosa Sandoval es muy importante seguir los consejos que se nos dan acerca de las precauciones que debemos tener para prevenir contagios. Ella comentó que “Yo estaba actualizándome con todo lo que había que hacer, hice paso por paso todo lo que dijeron para que nosotros estemos hoy como yo estoy. Porque no sólo tenía que pensar en mí, sino en los demás”.
Además se mostró muy agradecida con todas las medidas que se tomaron en los distintos ámbitos con respecto a la cuarentena. Desde el gobierno, los medios de comunicación, hasta los negocios que pusieron los piecitos en el piso con la distancia que se debía respetar. “La verdad que el decirles gracias por todo lo que hicieron por nosotros, de habernos aconsejado, porque no nos faltó dónde uno se pudiera informar. Como yo; yo veía los noticiarios, escuchaba todo lo que decían de cómo teníamos que estar, qué es lo que teníamos que hacer, cómo estar cuidando al que está a mi lado”.
Sin embargo, las últimas medidas que se han tomado por parte del gobierno nacional y provincial, que flexibilizaron los términos de la cuarentena, no la dejan muy tranquila: “Me parece muy rápido, tenemos que tener siempre un rigor. Somos grandes, debemos ayudar a que obedezcan, si dicen tantas personas, el alejamiento, ¿por qué tengo que hacer una fiesta en estos momentos? ¿Por qué no lo dejamos para otro momento? Ojalá que esto desaparezca, pero con tranquilidad, si dicen hasta ahí que sea hasta ahí. Controlarnos nosotros mismos, ¿por qué tenemos que ser siempre vigilados? ¿O nos gustaba eso?”.
Sentirse bien
Rosa solía caminar mucho previo a la pandemia, realizaba sus trámites y compras a pie. Pero contó que ella no sintió malestar a lo largo del tiempo de aislamiento y relató algunas de las cosas que hizo para ello: “Me dediqué un poquito más al tema de la cocina, hice comidas elaboradas. Consumí mucha fruta para mantenerme óptima ya que no salía ni a caminar. No saltaba, no corría en la casa, pero me levantaba bien, contenta. Mira que yo iba continuamente, antes de todo esto del virus, al sanatorio. Y ¿cómo no fui? ¿Por qué no fui? Porque me sentía bien. En la cabeza estaba que me tenía que quedar en mi casa, y lo que más amo es mi casa”.
Asimismo habló de lo importante que es para ella darles el ejemplo a su familia y a las demás personas, saber que quedándonos en casa estamos cuidándonos entre todos. “Gracias a Dios que estoy bien, que no me lamento de esos días para nada. Fue una enseñanza para estar un poquito más conscientes de que debemos dar una mano al otro”.
Una mano amiga
En estos tiempos de cuarentena, hay adultos mayores que no poseen los recursos para poder mantenerse con un estilo de vida digno y no tienen el acompañamiento de alguien que los provea de lo necesario o los ayude en las cuestiones de salir a la calle. “Eso es cuestión de cada corazón. Todos podemos y todos sabemos quién es el que necesita. Sin necesidad de que sea una cuarentena”.
Rosa cree que entre todos debemos darnos una mano para sobrellevar esta situación: “Si nos reuniéramos y dijéramos que en la parte de los jubilados nos saquen a todos por igual para ellos, no tengo ningún problema en poderlos ayudar de esa manera. Quizás no para hacer una comida porque a veces mi estado físico no me lo permite, pero si económicamente”. Ella se preocupa mucho por las personas que en estos tiempos no tienen para comer, ya que, a su edad, vivió varios momentos difíciles a nivel país, y empatiza con lo que están pasando. “Por lo menos que tengan para todos los días. No estoy en contra de la olla popular, pero sería mejor que cada uno tuviera en su mesa, que no le falte el pan, algo rico para comer, lo que corresponde a un ser humano para vivir mejor”.
“Yo escuché que es un desastre esto, que es un desastre lo otro, pero como argentina que soy pienso vamos a salir adelante, hemos caído y nos hemos levantado muchas veces. Esto fue algo para que nos cuidemos”.
* Nota realizada por estudiantes de 3° año de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social del CENT N° 35, en el marco de la materia Prácticas Profesionalizantes II.