

Melissa Villalba, delegada por el Centro de Empleados de Comercio en la empresa Fuego Cleaning que desempeña tareas de limpieza en las plantas del Grupo Mirgor; comenzó señalando: “Somos personal de limpieza, un servicio que es tercerizado por Mirgor. Ingresamos a trabajar en el año 2024 y desde ahí venimos teniendo una serie de situaciones, no solo de flexibilización laboral, sino también de persecución y malos tratos en el ambiente de trabajo”.
Luego comentó que “a rasgos más generales, fuimos perdiendo lo que es el 20% de zona, también transporte, vianda, desayuno y tuvimos reducción de descansos. En diciembre, también sufrimos el despido de diez compañeros, por los cuales estuvimos movilizándonos frente a la planta que está ubicada por la calle Einstein. Y bueno, hace unos cuatro meses la empresa Fuego Cleaning gana la licitación para entrar a trabajar a otras plantas de Mirgor. O sea, se sumó más trabajo con lo que pensamos que iban a ingresar nuevos compañeros. Pero no, no solo no ingresaron nuevos compañeros, sino que lo que nos pasó es que nos empezaron a dividir y con la misma dotación que teníamos, nos llevaron a las diferentes nuevas plantas”, indicó la delegada.
Villalba advirtió que “desde entonces, trabajamos haciendo cada uno más puestos. Un compañero hace tres o cuatro puestos, en un sector donde tendrían que estar trabajando dos o tres personas. Y sumado a eso, incluso no solo que no se tomó gente, sino que siguieron avanzando con más despidos. También, al ser empresa nueva, no tenemos antigüedad, que es lo que nos da más poder como trabajadores”.
“Entonces, al no tener antigüedad, lo único que hacen es liquidar a la gente. Y básicamente también esta persecución laboral va directamente a aquellos compañeros que, por ejemplo, se niegan a capacitaciones que nos quieren dar fuera del horario laboral, horas extras que algunos no quieren realizar por la falta de tiempo. Entonces, siempre un compañero que quiere plantarse o que quiere que se le reconozcan los derechos, son los compañeros que son a futuro despedidos”, repasó la representante de los trabajadores.
Después, comentó que “La empresa es de Rodolfo Melián, que es un ex-delegado metalúrgico. Y todos los que son nuestros supervisores también eran operarios metalúrgicos. Pero, el diálogo fue muy difícil desde un primer momento. La primera vez que realizamos una asamblea, suspendieron a todos los compañeros que formaron parte, justamente para implantar este miedo. Y también el mismo Rodolfo Melián, lo trae a cada uno de nuestros compañeros a la oficina y les informa que si se llega a tomar alguna medida sindical que va a tener consecuencias y despidos. La posibilidad de diálogo es nula”, reiteró.
En el mismo sentido, mencionó que son “dos delegadas, que ya tenemos una demanda para quitarnos la tutela sindical, suspendernos 15 días y después despedirnos con causa. También tenemos problemas con el tema del pago de los salarios, que siempre sufren descuentos de más de 100.000 pesos y más de 400.000 en los últimos meses. Ahora se está entablando una especie de mesa de diálogo entre el sindicato y la empresa, pero no dialogan con nosotras, que somos las que estamos directamente hablando con los compañeros”, afirmó.
Sobre los descuentos salariales que sufren como delegadas, dijo que “En principio los descuentos para nosotras son por permisos gremiales, que no deberían descontarnos porque están avalados por ley. Y ahora, en este último mes, en vez de poner permisos gremiales, en los recibos aparecen permisos personales, cuando claramente no son permisos personales, porque no solicitamos eso. Y otro de los argumentos es que hay problemas con la contadora o la contadora tuvo inconvenientes y se confundió. Y ahora estamos en lo que es una diligencia para hacer el paso previo a la demanda, por la falta de pagos que ya viene desde noviembre”, aseguró Melissa Villalba.
Finalmente, señaló que pudieron avanzar con “hacer denuncias individuales por violencia y persecución laboral. Pero nada, no quedó en absolutamente nada. Ni siquiera el Ministerio de Trabajo ingresa a Mirgor, se quedan detrás de los molinetes, y la empresa no está obligada a ir y sentarse a dialogar. Solo declinan las instancias. Yo fui a denunciar por violencia y desde el mismo Ministerio me dijeron que es lo máximo que se podía hacer. Solo contactar a la empresa y de última solicitar que se dé alguna capacitación para frenar con la violencia laboral, pero ni siquiera la empresa está obligada a dar esa capacitación”, concluyó la delegada.