

Por: Isis Bogado*
Claudio César Ferreyra solía levantarse todos los días de madrugada para cumplir con sus tareas en una panadería, donde se dedicaba a la elaboración de distintos productos. Pero una mañana de 2021, su rutina cambió para siempre.
“Sentía que algo raro estaba ocurriendo, noté que todo el lado izquierdo de mi cuerpo estaba adormecido. Mi primera reacción fue llamar a mi jefe y avisarle que no podía asistir porque no me podía mover. Me quedé ahí, no llamé a nadie más” recuerdó.
Pasaron dos horas hasta que sonó su teléfono. “Me preguntan: Caio ¿cómo estás? Y digo: Estoy acá en el piso. Me caí ¿Y por qué no me llamaste? me dicen. Me retaron porque no llamé. Yo les contesté: No te voy a molestar. Si me caí a las cinco de la mañana, no te voy a molestar a esa hora. Uy, tonto que sos, me dijeron. Ahí ellos llamaron a la ambulancia”.
El diagnóstico fue claro: Claudio había sufrido un accidente cerebrovascular (ACV). Llegó a tiempo al hospital, pero las secuelas lo obligaron a enfrentar un largo proceso de rehabilitación para recuperar movilidad y mejorar su calidad de vida.
Las consecuencias también impactaron en lo laboral. Claudio ya no pudo volver a trabajar en la panadería ni en la construcción, oficios que había desempeñado antes del accidente. Aunque percibe una pensión, su situación lo llevó a reinventarse. “Empecé a vender afuera del supermercado por hambre. Porque no tenía... Yo tenía que comer sin sal, sin grasa. Era muy complicado”.
Qué es un ACV y cómo afecta al cerebro
Un accidente cerebrovascular ocurre cuando los vasos sanguíneos que conducen oxígeno y nutrientes al cerebro se rompen o se bloquean. Esto provoca que las células cerebrales no reciban oxígeno y, en pocos minutos, dejen de funcionar. Por eso es clave actuar rápido.
Cuando esto ocurre se producen efectos que pueden ser devastadores y permanentes, porque mueren células cerebrales que no pueden ser reemplazadas por otras.
Hay diferentes tipos de ACV, dos que pueden ser causados por bloqueos y dos por sangrados o hemorragias.
Podés conocer más sobre los tipos de ACV en la web de: Federación Argentina de Cardiología.
FAC | Sitio de la Federación Argentina de Cardiología
Reinventarse y tender una mano
Hoy, el lugar de trabajo de Claudio está ubicado frente al supermercado ubicado Chacra, en Perú 76. En su puesto ofrece panes de molde, chicharrón, alfajores de maicena y de chocolate, mini donas y productos sin TACC.
“Las cosas sin TACC me llevan mucho tiempo y es muy complicado, pero igual lo hago. Lo hago porque sé que es un bien para la gente y son comidas muy caras, yo lo sé”, contó con orgullo, convencido de que su esfuerzo también tiene un impacto en otros.
Claudio quiere seguir creciendo en esta nueva etapa de su vida, pero reconoció que necesita mejores herramientas para producir. “Me falta una batidora por lo menos de 10 litros. Yo tengo una de 4 litros, que entra un kilo de harina”, explica. Elabora todos sus productos desde su casa y sueña con poder aumentar la producción para ofrecer más variedad y mejorar sus ingresos, aunque el alto costo de los elementos de panadería lo limita.
Saber qué hacer, salva vidas
El Director de Defensa Civil del Municipio de Río Grande, Sebastián Águila, explicó cuáles son las señales de alerta a las que la comunidad debe prestar atención. “Cualquier persona que presente dolor de cabeza intenso, adormecimiento en el brazo, ya sea derecho o izquierdo o en una parte del cuerpo, en alguna zona del rostro, o bien dificultad para hablar, puede estar atravesando un ACV”.
En ese sentido, Águila remarcó que existen tres pruebas básicas que cualquiera puede realizar en caso de sospecha: “Primero, pedirle a la persona que nos mire y nos sonría: si al hacerlo una parte del rostro se encuentra caída, es una alerta. Segundo, pedirle que repita una frase sencilla, por ejemplo: tenemos una tarde soleada, si lo hace con dificultad, también es un signo de alarma. Y tercero, pedirle que, con los ojos cerrados, levante ambos brazos al mismo tiempo hacia adelante: si uno queda más bajo que el otro, hay que actuar de inmediato”.
Finalmente, subrayó la importancia de una atención rápida: “En estos casos, lo más importante es trasladar a la persona de manera urgente al hospital, ya sea en un taxi, un remis o un vehículo particular. Tenemos una ventana de alrededor de dos horas para que los especialistas puedan intervenir, y esa rapidez puede salvar una vida”.
Desde Defensa Civil remarcan la importancia de activar rápidamente los números de emergencia mientras se traslada a la persona. “Podemos llamar al 107, que es la guardia del hospital, o al 103, Defensa Civil, e informar que estamos yendo con una persona que aparentemente estaría sufriendo un ACV. De esa manera, los servicios se comunican con el hospital y en la guardia lo esperan para atenderlo lo más rápido posible”, detalló Águila.
Asimismo, recordó que desde el área se realizan capacitaciones abiertas a la comunidad sobre primeros auxilios y prevención, donde se enseña a identificar las señales de un ACV, los tipos que existen (isquémico y hemorrágico) y cómo actuar ante una emergencia. “La primera causa de muerte natural en el mundo son los paros cardíacos y la segunda son los ACV. Por eso es fundamental reconocer los síntomas, activar los protocolos de emergencia y lograr el traslado rápido al hospital”
Un antes y un después
Al preguntarle a Claudio qué mensaje les daría a otras personas que atraviesan una situación similar, recordó: “Como me decía el kinesiólogo, era también cuestión mía, porque se me había muerto la mitad de la cabeza, pero tenía que aprender la otra mitad lo que hacía la mitad que se murió. Eso lleva tiempo, pero lleva voluntad, me dijo, y eso es muy importante. Yo les digo a quienes pasen lo mismo que no dejen de intentarlo”.
Para todos aquellos vecinos y vecinas que quieran acercarse a conocerlo y colaborar o probar sus productos pueden hacerlo los días: miércoles, sábados y domingos en el ingreso de Carrefour de Chacra.
* Estudiante de 3° año de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social del CENT 35, en el marco de la materia Prácticas Profesionalizantes II.