Por: “TRULA” JUÁREZ *

Entrenar boxeo estando en contexto de encierro no es solo tirar golpes a lo loco, es más que eso, es combatir el sedentarismo que genera estar preso.

“Boxeo terapia”, así lo defino yo cada vez que veo a algunos de mis alumnos pegar a la bolsa o hacer gimnasia. Me da la certeza de que están en su momento; esos tres minutos de cada round de bolsa, esos minutos de libertad, porque se nota que son sus gloriosos y eternos segundos de paz y tranquilidad, están en otro lugar, están en un ring venciendo a su oponente.

Es más acertado decir a sus varios oponentes: el encierro, la soledad, la falta de afectos y el alejamiento familiar.

La expresión de ese cansancio placentero en la cara de cada uno de los muchachos dice muchas cosas, como por ejemplo dice libertad, superación, voluntad, tranquilidad y lo más importante la paz mental, porque las cargas que tienen las están dejando en ese saco de cuero relleno de aserrín, golpes duros con mucha fuerza, mucha pasión, demasiada bronca, resignación y alegría. Tantos sentimientos juntos en una simpleza como es el deporte.

Teniendo el deporte de los puños al alcance de cada uno de los privados de libertad se puede asegurar disciplina, respeto, seriedad. El boxeo es una terapia para el alma del preso.