Sociedad | 26 jul 2024
LUCHA CONTRA LA TRATA
El caso de Claudia Ávila tiene repercusión nacional
El licenciado Edgardo Calandra, psicólogo y miembro de la Red Alto al Tráfico y a la Trata, se refirió al caso de Claudia Concha Ávila, la mujer que cumple una condena a prisión perpetua en la alcaidía de mujeres de la ciudad de Ushuaia, por la muerte de su proxeneta. Cuestionó el falló que la condenó, planteó dudas respecto de la responsabilidad de Claudia por el hecho y aseguró que “es una crueldad realmente mantenerla encerrada”. Indicó el profesional que “si ella tiene que purgar por algún delito, cosa que yo creo que no lo tiene que hacer, puede hacerlo tranquilamente en su casa, en una prisión domiciliaria”. Se refirió a los problemas de salud que tiene la mujer y adelantó que el caso será presentado en una actividad que realizarán, en pocos días más, en el Senado de la Nación.
El licenciado Edgardo Calandra, psicólogo y miembro de la RATT Argentina (Red Alto al Tráfico y a la Trata), se refirió al caso de Claudia Concha Ávila, la mujer que cumple una condena a prisión perpetua en la alcaidía de mujeres de la ciudad de Ushuaia, por la muerte de Gustavo Ezequiel Ponce, quien la explotaba sexualmente. Vale recordar que Claudia, oriunda de la provincia de Buenos Aires, llegó a Tierra del Fuego en su momento enviada por su marido para trabajar “en un pub o una fábrica”, pero terminó en el prostíbulo Red and White. Luego fue vendida y comprada por proxenetas, hasta que terminó encarcelada por la muerte de Ponce, en un juicio donde no se valoró su situación ni “el beneficio de la duda”, según señaló su abogado defensor en ese momento.
Consultado al respecto, el licenciado Calandra comenzó destacando que “la verdad, que me parece muy interesante visibilizar lo que es el delito de la trata, que es una problemática que abarca a todo el planeta hoy en día. El caso de Claudia Ávila, es un caso muy emblemático porque ella fue llevada a Ushuaia engañada por su pareja y se encontró en situación de tener que vivir de la prostitución, o sea, es lo que se constituye un delito de trata lo que ella sufrió y padeció. Luego fue encerrada, obligada a trabajar en eso y cuando ya tenía su libertad singular, porque en realidad no es que tenía una cadena, sino que estaba restringida psicológicamente por sus tratantes, no tuvo más remedio que seguir trabajando en eso porque no sabía hacer otra cosa, después de años y años de obligarla a prostituirse”, indicó el profesional.
Luego, repasó que Claudia Ávila “se encontró con que ella quería denunciar a sus captores, quería hacer la denuncia de los tratantes y sus proxenetas, porque el delito de proxeneta está configurado, no se puede explotar a personas en situación de prostitución. Nosotros somos un país abolicionista, con lo cual se permite que cada uno haga con su cuerpo lo que quiera, lo que no está permitido es que un tercero explote a otro, quedándose con una parte importante de sus ganancias. En el caso de la prostitución esto está bastante visto, en general, en donde hay una persona, por lo general varón, aunque también hay muchas mujeres, que se quedan con el 50% de las ganancias a cambio de darle el lugar para trabajar o distintas cuestiones, seguridad, etc.”.
“En el caso de ella, estaba siendo explotada sexualmente por un proxeneta, aparte de haber sido maltratada anteriormente. En esa situación, en un momento quiso salir de la organización y se encontró con esto, con que de repente, en una situación bastante confusa, se encuentra con que una persona se suicida en su casa, en el lugar donde ella vivía, y ella es acusada por haberla ahorcado, luego levantar el cuerpo y colgarlo de una viga. Imagínense, que para una mujer levantar un peso muerto es sumamente difícil. Sin embargo, lo que figura en la causa es que ella operó de esa manera, que ella hizo eso, sin demasiadas comprobaciones, sin demasiada defensa”, repasó el licenciado Calandra.
El integrante de la RATT, mencionó igualmente que “Lo que pasa es que ella, al intentar denunciar al delito de la trata, y la trata de las personas, se enfrenta con que es un delito mafioso, un delito que tiene connivencia con las fuerzas policiales y con el poder político, realmente se maneja mucho dinero. La trata de la persona es, a nivel mundial, el tercer delito que genera más dinero. Está el tráfico de armas, el narcotráfico y la trata de personas. Imagínense que es una organización, una red de traficantes de mujeres, por lo general, que maneja mucho dinero. Por eso consiguen abogados, compran a fiscales, jueces, políticos. Ella se encontró atrapada en esta red y fue condenada con cadena perpetua, con la pena máxima, siendo que apareció esta persona, que había sido proxeneta suyo justamente, ahorcada en su vivienda”, remarcó.
“Una situación muy dramática”
Respecto de las actuales condiciones de Claudia Ávila, señaló Calandra que “la verdad es que es una situación muy dramática la de ella, porque no tiene red familiar y está padeciendo muchas situaciones de salud que no están siendo atendidas. Ella ya tiene una diabetes por la mala alimentación que le dan en una cárcel, no le están dando los remedios como corresponde, no la están llevando al servicio asistencial médico como corresponde. Nosotros, desde la organización nuestra, como Red Alto al Tráfico y la Trata, tratamos de ayudar a conseguir gestiones a través de derechos humanos, para que atiendan sus necesidades básicas, porque ella necesita una dieta determinada, ella necesita cuidado, turnos médicos que se le asignen y eso está siendo negado. Yo la atiendo a ella de manera virtual, porque otra cosa no puedo hacer, esto lo hago ad honorem porque ella no tiene ningún tipo de recursos, y porque la verdad es que la situación es tan dramática que tampoco me da como para cobrar nada. Y ella me cuenta todas las necesidades que tiene día tras día, aparte ella me llama por teléfono casi todos los días como para pedirme alguna cosa u otra, pero lo único que puedo hacer es gestionar relaciones, porque yo vivo en Buenos Aires y la verdad que no puedo atender a todas las necesidades que ella tiene allá”, explicó el licenciado.
Igualmente, indicó que Claudia Ávila “tiene mucha necesidad afectiva, porque no tiene red familiar, no tiene ningún tipo de sostén, es lo que pasa muchas veces con las personas que son víctimas de trata. Las familias como que las dejan aisladas, como si ellas fueran responsables de haber sido secuestradas o haber sido obligadas a prostituirse, la verdad que es muy dramática la situación de ella, espero que haya autoridades que se hagan cargo y que se anoticien de esta situación. La trata de personas es un delito tan grave y tan doloroso, que mucha gente directamente no quiere ni verlo, o sea saben que existe, pero prefieren como dejarlo pasar, prefieren mirar otra cosa, por eso nosotros en nuestra organización y sé que otras personas también están haciendo lo mismo, tratamos como de visibilizarlo, de que la gente caiga en cuenta”, señaló.
Con ese objetivo, contó que para el 5 de agosto tienen planificada “una jornada donde vamos a mencionar el caso de Claudia, seguramente. Será una jornada en el Senado de la Nación, a la cual invitamos a la población en general, y donde va a exponer la licenciada Diana Caminos para hablar sobre el delito de la trata, un juez camarista que conoce muy bien el delito de pedofilia, que ha trabajado mucho sobre eso, la madre de una víctima de trata también, o sea tratamos de que haya representación de distintas personalidades, como para que se conozca bien el delito”.
“Nosotros hacemos congresos y eventos periódicamente, en distintas partes del país, como para que en esos lugares donde el delito de trata es flagrante y es muy grave, se visibilice. Para que la gente empiece a caer en la cuenta, a verlo aunque no lo quieran ver. Porque delitos como la pedofilia, como la trata de personas, son crímenes horrendos que en general uno quiere dejar pasar, no quiere tenerlos presentes, pero hay que tenerlos presentes para que los perpetradores de estos delitos vayan presos finalmente”, remarcó.
El licenciado Edgardo Calandra, advirtió que “en nuestro país hay muchas causas que se abren, pero muy pocos encarcelados. Hay muy poca gente que realmente ha sido encarcelada. Tenemos el emblemático caso de Marita Verón, fue allá por 2012, que salieron todos los tratantes, salieron libres. Luego, gracias a ese juicio, se modificó la ley contra la trata, los jueces que intervinieron fueron separados todos, eran cuatro jueces en la causa, uno renunció, otro se separó, fueron todos separados por distintos motivos y hubo un nuevo juicio y ahí sí se logró poner en la cárcel a los tratantes, y se desbarató realmente una red que estaba conectada a remiserías y distintos lugares”.
“Pero la verdad que no son casos muy frecuentes y eso se ganó gracias a la lucha de su madre, que formó una fundación, que aún hoy sigue trabajando rescatando a las chicas de todos estos lugares. El delito de la trata es algo que está muy arraigado en nuestra sociedad, porque no nos olvidemos de la prostitución que hoy vemos en las calles o vemos en los clubes y demás, porque la verdad que es visible. No es algo que esté oculto en ningún lado, se nutre la trata de personas porque no alcanza la cantidad de mujeres que libremente trabajan en situaciones de prostitución, como para la cantidad de demandantes que hay. Para la cantidad de gente que consume mujeres en situaciones de prostitución, entonces necesariamente los secuestradores van a buscar mujeres para esclavizarlas y someterlas a este delito, y esto también es producido por la vulnerabilidad que existe en cuanto a mujeres y niñas que están en situación de extrema pobreza, sin red de convención familiar, y esto favorece muchísimo a los tratantes”, aseveró el miembro de la RATT.
La crueldad del encierro
Para concluir, al preguntarle si tiene algún sentido la prisión perpetua que transita Claudia Ávila, quien incluso días atrás pasó por situaciones complejas de salud, el licenciado Edgardo Calandra dijo que “La verdad que no, es una crueldad realmente mantenerla encerrada, si ella tiene que purgar por algún delito, cosa que yo creo que no lo tiene que hacer, puede hacerlo tranquilamente en su casa, en una prisión domiciliaria”.
“Donde pueda tener otro tipo de cuidado, donde pueda tener luz del sol, con una pulsera electrónica si quieren, con todos los recaudos que determine la justicia, si quieren juzgarla por un delito que -a mi parecer al menos- no cometió. Pero si aun así quieren castigarla, bueno, que sea con una prisión domiciliaria, no en un ambiente tan pesado como la cárcel en donde se encuentra, con el frío que está haciendo, con la humedad, todos factores que parece que fueran como torturantes para castigarla. No por el hecho de que haya cometido un delito, sino para castigarla por haber querido denunciar una red de trata”, concluyó Calandra.