Francisco “Pancho” Barria, productor local que tiene su chacra en la zona de la margen sur del río Grande, cuenta que comenzó con “una huerta a cielo abierto, hace 22 años que arranqué con este tema. De hecho, arranqué con el tema de la huerta desde que llegué a la isla en el año ´80. Cuando yo llegué a la isla y vi que era todo tan muerto, todo tan inerte, entonces yo dije que si me quedaba iba a hacer algo verde, porque la idea mía siempre fue tener verde. Vengo de un lugar muy rico en vegetación, entonces para mí era una pena estar en un lugar tan pelado”, comentó el productor.

Cuenta que pudo desarrollar a fondo su proyecto, cuando logró tener el predio en el cual se encuentra en la actualidad, pero también menciona que debía combinar su tarea como agricultor con su jornada laboral. Barria señala que su horario de trabajo “era de 8 de la mañana a 4 y media de la tarde, entonces después tenía pocas horas para trabajar, pero siempre lo manejé así”, remarcó.

Más adelante, advirtió no haber sido el primero en llevar adelante este tipo de trabajo, al señalar que “Los pioneros de acá, todo el tiempo manejaron su huerta de una forma espectacular. Si bien, es cierto que lo de las semillas por ahí no lo ponían muy en práctica, pero sí trabajaban con la huerta con los recursos que tenían. Porque no había invernadero, no estaba la posibilidad de la chapa traslúcida, ni nada de eso, pero hacían sus viveros y todo lo demás. Yo después arranqué con la huerta a cielo abierto en una escala mayor, porque ya me aboqué a eso al descubrir cosas e implementar lo que yo traía en mi mente, en mi historia y en mi pasado”, señaló Pancho Barría.

Después mencionó que hoy produce tanto a cielo abierto como en su vivero, con cosechas que tienen “un mes de diferencia” de los mismos productos. “Tengo acelgas de distintos colores, de una variedad impresionante y de tamaños gigantes. Ahora ya pasó un poco la temporada, por eso estoy plantando de vuelta, porque hice una cosecha el otro día medio masiva. Y no solo eso, tengo también una variedad de papas impresionante. Son papas nativas, papas ancestrales, en total tengo 24 variedades de papas”, comentó el productor.

Además, mencionó que está sembrando la papa topinambur, reconocida por “los aspectos tanto alimenticios, como por las propiedades curativas que tiene. Es fabulosa, tanto que algunos la denominan papa milagrosa”, remarcó. Igualmente señaló que produce “aromáticas de todo tipo, perejil, cilantro, cebolla, ciboulette, albahaca, ahora por ejemplo tengo unas coliflores espectaculares. Por eso digo que acá, si no tenés una huerta, es porque no querés. Aparte los tamaños, el sabor, y todo esto es orgánico, porque yo no uso ningún compuesto químico ni nada”, indicó Barria.

Respecto de la comercialización de su producción, indicó que no sale a vender, sino que “la gente viene y me compra en el lugar. A mí me viene a comprar la gente en el lugar, ya me conocen muchísimo, vendo mucho en Ushuaia, porque estoy muy asociado con el tema de la huerta comunitaria de la Biblioteca Alfonsina Storni, y bueno con ellos caminamos juntos. Arrancamos la época de la pandemia, creyeron mucho en mí y hoy seguimos de la mano”, destacó.

Señaló que son alrededor de 300 los productores locales, y mencionó que “algunos por ahí lo tienen como un hobby. Yo lo tenía como un hobby durante años, porque trabajaba en otro lado, vengo haciendo todo lo que hago a prueba de errores. Hoy tengo un banco de semillas espectacular y estoy vendiendo para afuera también, porque el INTA me otorgó el derecho al semillero. Lo bueno de todo esto es que la semilla es natural, netamente natural, libre de cualquier compuesto químico, o sea, no tiene ningún valor agregado más que la naturaleza”, afirmó.

Finalmente, respecto del apoyo que están teniendo los productores locales para desarrollar sus proyectos, indicó que “es espectacular, la gente por fin tomó conciencia que consumir local, es consumir sano. Toda la vida vivimos consumiendo cosas que vienen de afuera, es obvio, porque no teníamos otra forma de hacerlo. Pero hoy por hoy que se puede y que sabemos que sí se puede, entonces hagámoslo”, reclamó.

Para concluir, Francisco “Pancho” Barria señaló que “hoy por ejemplo estoy cosechando frambuesas, cosecho ruibarbo, ahora en este otro mes cosecho todas mis plantas de ciruelas, que están recargadas, están desgajándose y tengo grosellas, corintos, arándanos canadienses. Yo logré que esto sea autosustentable, yo vengo de una tierra autosustentable, yo viví en una isla que fue autosustentable por décadas, fue olvidada por el Estado, entonces aprendieron mis abuelos a ser autosustentables. Yo traigo eso en la sangre, hago mis mermeladas, mis conservas, todos mis envasados, mis cosas las dejo preparadas ahora, y en invierno yo no compro nada”. “Guardo las zanahorias, las papas, las remolachas, todo guardado en forma natural”, destacó.

Vale mencionar que la chacra de “Pancho” Barria, “Abuela Julia”, se encuentra ubicada en la calle Los Cerros 250 de la Margen Sur. Allí no solo vende sus productos, también dice que a quien se quiera acercar para “arrancar haciendo algo”, está dispuesto a orientarlo porque entiende que no pierde nada, “al contrario, gano porque estoy ganando a una persona más que está ayudando al ecosistema, y todos sabemos que poner un verde es una gota de vida. Poner una planta verde es como crear una semilla, para mí una semilla es una gota de vida, entonces un árbol es lo mismo, estamos creando un pulmón al mundo y si todos los días logramos sumar uno más, soy la persona más feliz”, finalizó el productor.