Por: José Piñeiro

Suelo levantarme de buena onda, casi contento podría decir. Debe ser mandato materno, porque cuando era niño mi vieja me decía: “No te levantes alunado, porque después seguís con luna todo el día”. Mamá tenía el “alunado” como sinónimo de enchinchado sin motivo, obviamente “enchinchado” era, a su vez, la categoría que me ponía en estado de “malhumorado sin razón” y eso me dejaba al borde del correctivo. Entonces, lo mejor era pintarle una sonrisa a la cara.

Pero este 20 de noviembre fue distinto, apareció el malestar, la bronca, la “chinche”; el recuerdo del resultado electoral me vino a la cabeza y por primera vez, en los 60 años que llevo recorridos, pensé con ganas en tomarme el palo. En realidad, debería decir tomarnos, porque uno fue juntando familia y habrá que convencerlos de migrar hacia otros rumbos; donde no arranquemos cada jornada a merced de las palizas que, en este caso, anunciaron, adelantaron y ratificaron hasta el cansancio, los que resultaron triunfadores este loco domingo, en el que un psicópata fue erigido para gobernarnos.

En eso estaba, cuando apareció nuevamente la vieja en el recuerdo, se ve que la tenía como botiquín de emergencia para estos casos y yo no lo sabía. Entonces recordé cuando aquel 24 de marzo del ´76, allá por el siglo pasado, me desperté asustado porque se había pasado la hora de ir al colegio y ella me dijo: “Seguí durmiendo, porque hubo un golpe de estado y ahora gobiernan los militares”.

Entonces le pregunté el significado y mamá, que apenas había hecho unos años de primaria y poco y nada se metía en política, me respondió: “No sé que va a pasar, pero los militares nunca hicieron nada bueno”. Una sola frase, una sentencia, un “levantá la guardia”, un consejo materno, que me acompañó durante toda la sangrienta dictadura. Sobrevivimos, acá estamos, recuperamos derechos, libertades y alegrías, llegamos hasta lugares impensados de felicidad.

Así, tratando de recuperarme del coscorrón de ayer estaba, cuando me llama un amigo y me cuenta la mejor noticia para este día, “estamos embarazados” me dice y se me llena el alma. Pavada de antídoto, prepárate Milei, porque seguirán naciendo pibxs a los que les diremos “los liberales, nunca hicieron nada bueno, como los militares, como esos genocidas”, y nos seguiremos sembrando.

Y finalmente, en este lunes tan lunes y tan 20 de noviembre de 2023, volvió la sonrisa, volvieron las ganas, volvió la decisión de no regalarte nada. Mucho menos esta tierra que nos dio todo y por eso acá estaremos, para cuidarla y defenderla. Así que nos quedamos mamá, como a vos te hubiera gustado, porque no nos cabe otra cosa que luchar por lo que amamos y luchar con alegría.