Opinión | 12 may 2022
A 50 AÑOS DE LA 19640
El sector industrial fueguino y su permanente lucha por sobrevivir
La industria fueguina se encuentra bajo el amparo del subrégimen de promoción industrial, enmarcado en la Ley 19.640 que está próxima a cumplir 50 años de vigencia. Ese beneficio impositivo le genera condiciones altamente favorables a las patronales radicadas en la Isla y también permitió el desarrollo de una clase obrera joven y combativa, desde los inicios del subrégimen. Con el correr de los años la rapiña capitalista, las políticas neoliberales y los vaivenes de las diferentes gestiones de gobierno, hicieron que la incertidumbre fuera permanente y la necesidad de pelear por defender los puestos de trabajo se convirtió en una constante. Hoy por hoy, peligran en la provincia más de 1000 puestos de trabajo, pertenecientes al sector de la industria textil y del vestido. Los metalúrgicos, por su parte, están atravesados también por una situación de conflicto. Mientras tanto, el tema de la dirección sindical de trabajadoras y trabajadores de los distintos sectores, cobra cada vez más vigencia.
Por: José Piñeiro
El subrégimen de promoción industrial, enmarcado en la Ley 19640, rige para la industria radicada en Tierra del Fuego desde el año 1972. La dictadura de Lanusse lo implementaba con el supuesto objetivo de promover la radicación, en la provincia más austral, de argentinos y argentinas que buscaran conseguir trabajo y mejorar su calidad de vida a costa del desarraigo.
La medida se decidía con una mirada geopolítica y militarista de “ocupar territorio”, ante la presencia mayoritaria que hasta el momento tenían chilenos y chilenas, quienes también buscaban un mejor pasar cruzando la Cordillera. Poco a poco las tres ciudades que tiene la provincia fueron creciendo en población, así como se fue desarrollando la industria mientras los vaivenes políticos, económicos y sociales fueron modelando una clase obrera con sus particularidades.
Con el paso de las décadas, la población que inicialmente venía con el objetivo de “hacer una diferencia” en un par de años, para después retornar a sus lugares de origen con algunos ahorros, se fue arraigando y así fue cambiando el paisaje. En las viviendas aparecieron los jardines, en las veredas despobladas crecieron árboles, los jóvenes que llegaron en los ´80 tuvieron hijos e hijas, nietas y nietos fueguinos; la provincia se iba tiñendo con los colores de pueblo del interior, abandonando el perfil de campamento de buscadores de oro que había sabido tener o aún peor, el perfil de cárcel de fin del mundo o base naval de sus primeros años post colonización.
Pero en ese desarrollo, la industria que fue radicándose al calor de la 19640 nunca dio estabilidad a sus trabajadores y los contratos temporales, el cierre de fábricas, la precarización laboral; fueron ganando terreno paulatinamente y luego fueron moneda corriente.
Y como para sumar males, por estos días, bajo el ala del ministro de la Producción, Matías Kulfas, el decreto que reglamenta la reciente prórroga del subrégimen de promoción por 15 años confirma que dicha extensión no abarca a las empresas del rubro textil y del vestido. Eso dejaría a más de 1000 trabajadoras y trabajadores en la calle en un corto plazo, tal como lo advirtió la secretaria Gremial del SOIVA, Marcel Cárdenas, cuando iniciaron los reclamos. La sindicalista le apuntó al Gobierno nacional, señalando: “nos sentimos utilizados, porque las industrias se abrieron para poblar la provincia, para hacer soberanía, para cuidar este territorio. Hoy por hoy, nuestras familias están conformadas, tienen su trabajo, tienen una antigüedad laboral y como ya no les servimos nos quieren borrar de un plumazo (…) estamos en el reino del revés. Nos cortan el aire y lo único que pedimos es trabajar, tener continuidad laboral”, expresó la dirigenta del gremio del vestido.
En ese mismo sentido, Cárdenas advirtió: “Hoy quieren discriminarnos, nos dejaron afuera en la prórroga del subrégimen a los textiles. Pero ya dieron un paso y el día de mañana pueden seguir con los plásticos, con la electrónica, y no lo tenemos que permitir. Entonces digo que no lo tenemos que permitir y tenemos que unificarnos todos los gremios, para defender nuestros puestos laborales”, pidió la sindicalista.
Lo cierto es que la industria fueguina, por lo menos en ese sector, parecería estar a punto de recibir otro embate. Habrá que ver si la reclamada resistencia que plantean los textiles se amplía a otros sectores que se muestren solidarios, condición necesaria para rodear una lucha que seguramente no será fácil ni breve. De lo contrario, como advierten algunas voces, detrás del primero podrían venir otros golpes para buscar el nock out de un régimen de promoción que muchos miran de reojo, desde hace mucho tiempo.
Vale señalar que, con la reciente visita del presidente Alberto Fernández a Ushuaia, algo de calma recuperó el sector cuando el mandatario les aseguró que “la idea es que sigan todas” las fábricas produciendo. Sin embargo, hasta que dicho anuncio no se vea plasmado en un decreto presidencial la incertidumbre seguirá instalada.
Con los dirigentes a la cabeza o…
De todas maneras, la tarea inmediata que aparece en la provincia para el movimiento obrero es la construcción de una renovada conducción sindical. Es que la joven provincia fueguina tiene en su haber una rica historia de organización y lucha, alrededor de un joven proletariado se supo dar, allá por los años 90, una experiencia superadora de lo que era el fraccionamiento de las centrales obreras a nivel nacional.
Mientras, como alternativas a la CGT, surgían por entonces la CTA y el MTA integrando cada una de ellas a distintos sindicatos en el conjunto del país; las organizaciones gremiales de Tierra del Fuego superaban esas diferencias fundando el Plenario de Gremios en Río Grande y el Frente de Gremios de Ushuaia. Allí se reunían las más importantes organizaciones gremiales, tanto del ámbito privado como del sector estatal; teniendo entre sus actores y motores fundamentales, a sindicatos como la UOM, el SUTEF de los docentes, ATE, Camioneros y los diferentes gremios que a nivel nacional se encontraban separados y muchas veces enfrentados.
Lamentablemente esa rica experiencia de los años ´90, que encabezó múltiples luchas como la que tuvo el lamentable saldo del primer muerto en una represión policial en democracia con el asesinato del obrero de la construcción Víctor Choque, durante la gestión del gobierno del Movimiento Popular Fueguino de José Estabillo, en la Semana Santa del ´95; luego fue disgregándose sin poder consolidarse, acompañando el retroceso que también tuvo el nivel de ocupación en el sector industrial y las distintas políticas de los gobiernos provinciales, que fueron golpeando duramente al sector docente y al conjunto de los estatales.
Hoy aparece en la Isla, de manera muy incipiente, algún proceso de renovación. El tiempo y las luchas dirán si se avanza en el camino de construir esa dirección indispensable para enfrentar los tiempos que se vienen; o si se concreta el proyecto que tienen muchos sectores, de transformar a Tierra del Fuego en una provincia dedicada al turismo y con la mirada puesta en avanzar, de la peor manera, sobre los múltiples recursos naturales que tiene la zona.
Originalmente publicada en :
https://contrahegemoniaweb.com.ar/2022/05/12/la-clase-obrera-fueguina-y-su-permanente-lucha-por-sobrevivir/