Sociedad | 30 ene 2022
Ecología
Los incendios forestales y la importancia del cambio climático
Estos últimos meses hubo varios focos de incendios por todo el país lo que viene generando enormes pérdidas económicas y daños invaluables a muchos ecosistemas. Los expertos explican que uno de los motivos es el calentamiento global y no dejan de evaluar cómo serán las perspectivas para el futuro.
El Dr. Thomas Kitzberger, investigador superior del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, UNCo) y especialista en ecología de bosques en agosto del 2021 manifestó que estamos ante un “punto de quiebre, de no retorno”. Eso significa que, aunque suceda un acuerdo serio de los países de emitir menos gases de efecto invernadero, arribamos a niveles de cambios que no son reversibles. Y ese punto de “no retorno” sucederá en esta década.
Resulta evidente que el cambio climático ya está entre nosotros. “El punto de quiebre significa que vamos a tener una atmósfera con una concentración de dióxido de carbono, metano y gases tales que el planeta no va poder enfriarse con la velocidad suficiente y se va a producir un efecto de retroalimentación”, explicó el investigador de CONICET en INIBIOMA, Thomas Kitzberger, en el programa GPS de “El Cordillerano Radio”.
Agregó que las alteraciones climáticas van a ser disruptivas a los ecosistemas y a las sociedades humanas y adelantó que “habrán migraciones, es una crisis subyacente muy grave”.
El cambio climático ya no es una cuestión del futuro. El licenciado en Ciencias Biológicas señaló que se confirmaron las primeras tendencias que los modelos predecían a principios del año 2000. “No nos queda otra” observó y agregó que “mitigarlo y, además, adaptarnos a nuevas realidades, esa realidad en la región es más fuego, más grande, más severo y más frecuente”, destacó con preocupación.
La forma en la que vivimos tendrá que cambiar. Se tendrá en cuenta la vegetación alrededor de las viviendas, cómo crecen las ciudades, si los núcleos urbanos son más resilientes al fuego. “No es solo un problema ecológico, es un problema socio-ecológico. Aumentan los riesgos de vidas humanas, pérdidas materiales y económicas”, advirtió.
El citado profesional también dijo que “los modelos climáticos no son promisorios para la región porque indican un decremento en las precipitaciones que cargan las napas profundas, que se dan principalmente en invierno y primavera. Junto a un aumento de la temperatura en verano, esto significa más combustibles -ramas, hojas- y más secos”.
Otro tema que se suma a este preocupante escenario es el de las tormentas eléctricas. Cada vez son más frecuentes por el cambio climático. Aseguró que “confluyen datos que nos deben movilizar para avanzar en cambios estructurales y Argentina no está cumpliendo los objetivos como se había comprometido. Está en el segundo cuarto más bajo en el ranking de países”, aseguró Kitzberger.
Esta entrevista fue realizada hace un tiempo, pero todos los focos de incendios que azotaron a nuestros país en las diferentes regiones estos dos últimos meses reafirman lo que se viene investigando.
El secretario de Control y Monitoreo Ambiental de la Nación, Sergio Federovisky, decía para página 12 sobre estos últimos acontecimientos que "llevamos dos años consecutivos de sequía, una emergencia hídrica declarada por el Gobierno a mitad del año pasado en la cuenca del Río Paraná, Limay y en otras provincias, además de una ola de calor persistente que se ha agudizado estos días", señaló el funcionario.
También recordó que frente a este panorama, el presidente Alberto Fernández decretó la emergencia ígnea "para poder disponer de recursos extraordinarios para enfrentar esta temporada".
Vale agregar que el investigador del CONICET trabaja en el desarrollo de un modelo empírico que toma los datos reunidos en 23 años sobre cómo se produjeron los incendios. “Y a partir de entender las condiciones en las que se generaron los incendios, aprender a predecir cuándo va a suceder un incendio en la región'', explicó y agregó que “a este modelo le incorporaron las condiciones que predicen los modelos de cambio climático”.
“Los resultados son preocupantes. En un escenario intermedio, para fines del siglo XXI, tendremos un 250% de aumento de la probabilidad de incendio. En un escenario pesimista, un 700% de aumento. Hoy la probabilidad de que un incendio vuelva al mismo lugar es de 1.000 años. Con estas proyecciones, se reduce a 150 años. Esto significa -subrayó- que vamos a ver cambios muy importantes en nuestros paisajes”.
El investigador comentó que “la posición del ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de negarse a firmar el tratado de París fue “una de las peores cosas”. Porque junto con China e India, es uno de los principales países emisores de gases de efecto invernadero. Esa política ralentizó las medidas para llegar a un balance neto cero de emisiones”.
“Fue lamentable”, dijo y mencionó que “después que atravesamos la pandemia se frenaron las emisiones, aunque hubo un efecto de rebote económico y China -por dar un caso- ya compensa las emisiones que había dejado de emitir durante la cuarentena”.