Para una economía con falta de dólares, buenos son los yuanes, podría decirse. El acuerdo de comercio bilateral, según datos oficiales, en abril representó el 50 por ciento de las importaciones de Argentina, en sectores como la maquinaria pesada, autos, motos, agroquímica, autopartes y el de la electrónica; como son los casos de los principales grupos empresariales de nuestra provincia, Newsan y Mirgor, quienes pudieron asegurarse de la tenencia de 630 millones de la divisa China, para seguir con su cadena de producción. 

El acuerdo no solo beneficia al país por reducir la necesidad de utilizar dólares, sino que además establece un ritmo más rápido de las importaciones con China. La demora de hasta 360 días en la aprobación de las solicitudes de importaciones, a través del SIRA, que se había anunciado semanas atrás -sobre un sistema que cuando reemplazó al “SIMI” y proyectó bajar a 60 días tales aprobaciones-, al poder operar con yuanes, volverá a los 90 días que se daban con normalidad, cumpliendo con varios pedidos de importación de insumos ya que las empresas corrían el riesgo de no poder pagar en los plazos comprometidos con los proveedores asiáticos.

Vale agregar que la posibilidad de operar por intermedio del SWAP chino siempre estuvo disponible para la industria fueguina y muchas otras industrias a nivel nacional, en un cupo de 5.000 millones de dólares en yuanes que, este nuevo acuerdo, proyecta un aumento del doble de esa capacidad crediticia que tiene Argentina y que dependerán de su equivalencia con el peso argentino, al momento de su intercambio.

Desde que se ampliaron los sectores que pueden comercializar con yuanes directamente, las empresas radicadas en el sub régimen de promoción industrial bajo la ley 19.640, veían una dificultad al tener que repartir "la misma torta en más partes", por eso también el alivio transitorio de este acuerdo para las fábricas en Tierra del Fuego, sobre todo posterior a su extensión por 30 años a partir de fin de año. Además, se respetan las excepciones que se venían dando, como son las de la industria de medicamentos que se pagan al día por sistema libre de cambio en moneda extranjera.

En Tierra del Fuego se elabora un segmento de la gran cadena productiva que se requiere para las industrias electrónicas, textiles, químicas y plásticas, y prácticamente todo lo producido es para el consumo nacional; y también las petroleras aportan para el resto del país con casi el 20% del gas que se consume.

Pero la industria fueguina amparada al subrégimen, que cumplió 51 años y sobrevivió a todos los gobiernos, evidentemente deja mucho más. Son 11.000 empleos directos, en blanco, con sueldos que representan más del 50% del comercio local, lo que repercute en recaudaciones fiscales que se vuelcan en las dependencias del estado y empleos satélites a gran escala. Una política de estado que, en China, Brasil, México y casi todos los países industrializados del mundo realizaron y realizan actualmente y que se profundiza con la multipolaridad y la salida del dólar como moneda hegemónica. Además de sumar para los usuarios planes de pago y las ventajas de contar con garantía y servicio post venta; cuestiones que algunos medios porteños parecen ignorar o prefieren ocultar.

El régimen representa una gran transferencia de conocimientos tecnológicos, debido a que se realiza más que un simple ensamble, tal cual quedó demostrado después de la fabricación de respiradores artificiales durante la pandemia -los cuales no adquirieron beneficios fiscales-,  también existen recientes antecedentes de exportar televisores a Uruguay otras tecnologías además de conocimientos logísticos a países de la región.

La industria de Tierra del Fuego también permite que haya mejores precios para los principales productos electrónicos que los encontrados en otros países como Estados Unidos, Chile o Brasil. Eso indica que es más conveniente adquirir equipos producidos en nuestro país, tal como lo indicaron representantes de las empresas Motorola y Samsung, destacando que desde hace unos años comprar equipos producidos en Tierra del Fuego es más barato que hacerlo en el extranjero.

Desde AFARTE se indicó que, con el dólar tarjeta como referencia, en diciembre del año pasado el precio de un equipo producido en Tierra del Fuego era entre 25% y 41% más económico que en Brasil y entre 9% y 22% por debajo de los valores existentes en Chile. También hay diferencia a favor del producto nacional en comparación con Estados Unidos. En una zona geopolíticamente estratégica para el futuro del País, es lógico y hasta soberano que se priorice su continuidad en este tipo de negociaciones internacionales, tal cual sucede con otros sectores productivos nacionales y que implican una cuota mayor o déficit que la muchas veces cuestionada Ley de Promoción Económica y Fiscal 19.640.