Por: Silvia Pecci

En las frías madrugadas de cada agosto, resuenan con más fuerza en Trelew los ecos de una obstinada memoria que reclama aún por una Justicia demorada.

Obstinada memoria de homenaje a 19 jóvenes militantes revolucionarixs que enfrentaron una de las tantas dictaduras que asolaron el país, y que fue prologo y ensayo de la más atroz y sangrienta que debimos soportar y padecer.

Obstinada memoria, de un trágico capítulo de nuestra historia, que familiares y compañerxs impidieron que cerrara impune y cobardemente, y que medio siglo después de los sucesos parece encontrar, al fin, algo de justicia.

Obstinada memoria que logro la condena de algunxs responsables de la llamada Masacre de Trelew, como nítida prueba que la historia es parte de todxs, no la escriben lxs que "ganan"

Obstinada memoria que hace apenas unos pocos días encontró lo que parece ser el fin de esta larga travesía de medio siglo, al conocerse un fallo judicial que responsabiliza al único genocida con vida en Estados Unidos.

Obstinada memoria que regó de verdades este suelo castigado, árido, duro pero altivo, convertido en simiente de las semillas derramadas con la sangre de aquel 22 de agosto de 1972.

Semillas que florecieron por cincuenta años, y seguirá floreciendo en pos de ese horizonte liberado por el que vivieron y lucharon, sin claudicar, nuestrxs compañerxs, los héroes de Trelew.

Fuente: Télam