La exigencia en los contratos con entrega de la mercadería “justo a tiempo” dentro de la cadena de fabricación automotriz nacional -que nunca paralizó al 100 por ciento las producciones-, finalmente generó la necesidad de considerar las autorradios y otras autopartes que se fabrican por el Grupo Mirgor incluida Famar, ambas en la ciudad de Río Grande, a la misma categoría que los respiradores artificiales; aunque con restricciones en cuanto a la convocatoria del personal y la utilización de la capacidad instalada de cada empresa.

La resolución M.S. 1155 que autoriza la apertura de la actividad industrial en su artículo 5, solo a las fábricas de autopartes; con el fin de aumentar el distanciamiento entre turnos dentro de los establecimientos, dice que “Desde el lunes 17 de agosto se habilita en Río Grande además el inicio de la actividad industrial de autopartes electrónicas y mecánicas, pudiendo realizar jornadas de 6 horas y con un máximo del 30% de la dotación de la Planta”.

La jornada reducida deja cerrado el comedor de las fábricas, uno de los principales lugares -junto con el servicio de transporte del personal- considerado como de mayor riesgo para la transmisión del virus, debido a la gran concurrencia de los operarios y el uso compartido de las instalaciones.

Se estima que la mayor parte de los trabajadores será convocada mediante la apertura de diversos turnos que permitan cumplir con la demanda de los estéreos, módulos electrónicos y equipos de refrigeración para los vehículos de las firmas Toyota y Ford. Esta obligación con las terminales automotrices hizo que, hoy, el Grupo Mirgor, contrate un avión de carga -tipo Hércules- a la Armada argentina para trasladar las autopartes junto con los respiradores artificiales desde la provincia.

El decreto del Ministerio de Salud de la provincia firmado por la Dra. Judit Di Giglio, también establece que “El traslado -del personal- será en lo posible en móviles particulares con un máximo de 2 pasajeros por vehículo y si se utilizan transporte colectivo no podrá superar el 25% de su capacidad de ocupación garantizando en todo momento la distancia social obligatoria y dando cumplimiento a los protocolos vigentes en materia de prevención de COVID-19”.

“Previo al inicio de la actividad la empresa deberá informar al Ministerio de Producción y Ambiente la cantidad de personal afectado por planta y por turno, quien autorizara el inicio pudiendo aumentar un incremento o disponer una reducción de personal en función del espacio físico disponible” finaliza la resolución que además configura -aparte de la actividad industrial- una serie de flexibilizaciones para otros sectores, pero que prorroga la suspensión de las reuniones sociales hasta el 30 de agosto.