“La cosa fue en el ingreso, en medio de la formación de los alumnos y durante el saludo a la bandera. Lo que explicaron los directivos fue que recibieron una nota de un tal señor Bucarey, que sería quien representa a una institución que cumple 60 años, aunque nunca dijeron de que institución hablaban”, señaló una mamá.

Los padres explicaron que la distribución de Nuevos Testamentos y la “charla de adoctrinamiento” –según expresó una madre- se dieron “tanto en el turno mañana, al cual concurren los cursos superiores, como por la tarde cuando van los más chicos”. Pero el reclamo vino porque “se entregó este librito y se habló de lo que quiso este señor, no sabemos desde que lugar porque desconocemos que formación profesional o pedagógica tiene esta persona”.

Además indicaron que “se invitó a las chicas y los chicos a profesar una fe que uno puede no compartir, obligándolos a estar presentes en una charla que ni siquiera fue informada con anterioridad y sin tener ellos la posibilidad de retirarse, porque obviamente una vez que están dentro de la escuela no pueden salir”.

Una mamá contó que su hijo le manifestó que “esta persona les habló durante al menos 45 minutos y luego él y su señora les repartieron este “obsequio”, según ellos mismos dijeron”. Mientras tanto, otra madre confeccionó y entregó una nota formal con el reclamo, donde indica que lo sucedido fue “una clara violación a la Ley de Educación de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur Nº 1408 inciso e, en cuanto allí se prescribe que la educación es laica”.

Se refirieron finalmente los padres a la responsabilidad que le cabe a los Directivos de la escuela, respecto de las garantías que deben tener los y las estudiantes a recibir estrictamente los conocimientos dispuestos en la currícula, “que no incluye ninguna doctrina religiosa en particular”, advirtieron. Por último cuestionaron los papás que ni los responsables legales de los estudiantes, ni ellos mismos, hayan podido decidir si querían recibir esa charla y el texto en cuestión.