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jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº1940

Sociedad | 21 dic 2018

Violencia de Genero

Matame

Visibilizamos la problemática en torno a la violencia de genero a través de relatos -en primera persona- por parte de mujeres de nuestra provincia. En nuestro País, las estadísticas marcan datos alarmantes: en lo que va del año 2018 hubo 260 femicidios. Esto equivale a un femicidio cada 32 horas. Mientras en Tierra del Fuego, los datos aún son desconocidos. Casos como los que presentamos en el siguiente informe, se repiten. Testimonios con bronca, dolor e indignación por parte de dos víctimas de un mismo “psicópata” que casi llega a matarlas.


“Él” agresor -a quien llamaremos “Carlos” para resguardar y no revictimizar a las personas dañadas- tiene más de 30  años y se desempeña como operario en una fábrica de la ciudad. Aseguran que “tiene muy pocos amigos”. Entre sus pasatiempos practica artes marciales, actualmente boxeo. Conoció a sus dos últimas víctimas -quienes se animaron a denunciarlo- bailando. Comenzó con algunos celos y gritos. Después vinieron los “llamados y mensajes todo el tiempo”.

 

A las dos las estranguló con sus manos hasta -casi- dejarlas “sin aire”. Evita exponerse públicamente con sus parejas, incluso ante sus propias familias. A las dos les “mintió” con que “tuvo una mala infancia”. Después que lo denuncian, cambia el auto y su entorno social. Comienza otra actividad, “ahora tango”. Un “modus operandi” de violencia hacia las mujeres que se relacionan con él. 

 

“Maru” tiene 39 años, es mamá de 4 hijos. Hace unos meses conoció a “Carlos”; cuando él tenía 32  y practicaba boxeo mientras se desempeñaba como operario metalúrgico. Al principio “un tipo normal, muy casero, con mucho carácter”, quien pasó de ser un compañero de baile a ser un “psicópata” que casi termina con su vida.

 

“Siempre dentro de la casa de él, ahí todo bárbaro. Empecé a decir hace dos meses que estamos juntos, yo quiero salir a pasear un rato. Empezó a ir conmigo a las clases -de salsa-. Me decía que no te juntes con ella porque no me gusta y con aquél tampoco.

 

“Empezamos a salir en agosto. En diciembre, el primer episodio, lo invité a comer. Yo estaba en salsa, me llama y me dice que tenemos que comer temprano. Termino de salir y veo desde el auto, justo al frente de él, que entra se saca la campera y se pone a bailar”.

 

“Así que -una vez que llegue a casa- le dije que no viniera. Estaba lavando los platos y vi su auto y abrí la puerta. Me puso la mano acá -en el cuello- en ese momento no me pegó porque le dije que estaba mi hijo bañándose, me soltó y se fue. Al otro día me pidió disculpas y me dijo que no volvería a pasar”.

 

A la vuelta de las vacaciones se reconciliaron y se pusieron de novios. Luego de una discusión, Maru le pidió “tomémonos un tiempo, no terminé de decirlo y me puso las dos rodillas -a la altura del pecho- y me empezó a tirar todo, me rompió el teléfono, me rompió todo”.

 

“Luego de una semana de mensajes y cartas -que Maru tiene en su poder-, nos arreglamos. Habrá pasado una semana y empezó con el tema del teléfono. ¿Porque te pusiste ese pantalon?. No le contestaba los mensajes en cinco minutos y agarraba el auto y se venía”.

 

Durante el tiempo que compartió Maru pasó por más de diez episodios de violencia. “En uno de esos episodios -trataba de pasar más días para no verlo porque ya me daba miedo- después de dos días, salí hacerme un tatuaje. Me olvidé de contarle, eso bastó para que me cagara a palos. Me arañó todo, me agarró el cuello, sentí que se me nublaba todo, le dije me vas a matar. Sentía que me iba a desmayar. Él me decía morite, te vas a morir”.

 

La otra víctima, a quien llamaremos “Lorena”, fue anterior a Maru. Ella tenía tan solo 23 años y él 27. Si bien vivía a unas cuadras de la casa de Carlos; se conocieron -al igual que Maru- bailando salsa. “Al principio lo noté muy intenso” dice Lorena.   

 

Estima que estuvieron 7 meses de relación y después 3 meses que intentaba dejarlo y no podía. “Quedábamos como amigos, con la excusa que sos la única que me escuchas, sos la única en quien puedo confiar entonces siempre terminamos viéndonos” dice Lorena.

 

 “Al principio lo tomas como que es muy atento. Después es contestar como una obligación, no podía ni bañarme. Adelgacé de los nervios porque siempre estaba ansiosa, con el teléfono encima. Eso me llevaba a confrontación con mi familia porque era evidente para todos. No quería conocer a mi familia, -según él- porque siempre se había llevado mal con sus suegras”.

 

Maru sufría las mismas persecuciones, “llegaba de trabajar y me pedía que me sacara el guardapolvo, me decía porque me vestía así o si me maquillaba me gritaba. Los episodios de violencia eran cada vez peor”.

 

Ella pudo salir de esta situación agresiva gracias a la ayuda de su entorno. “Tenía que dejar mi teléfono desbloqueado, con volumen y todos los contactos bloqueados. Le pedí a un amigo que me recomiende un psicólogo. Tuvimos la primera sesión. Me vio y me dijo: déjalo porque te va a matar”.

 

“Viene un día a casa un amigo policía, charlamos y me dice que tengo que hacer la denuncia, le digo que no, que le tengo terror que me va a matar. Me cuenta lo que le pasó a la hermana, que salía con un tipo que casi la mató en Tolhuin, me dice el nombre y es él. Ahí no más hice la denuncia” comenta Maru.

 

La chica que Carlos casi había matado en Tolhuin era Lorena.

 

“Tuve que llegar a tener que mentirle para dormir la siesta” reconoce con la voz cargada de dolor Lorena. “Cuando nos peleamos pasó un mes y medio, quedamos como amigos. Me invita un domingo a ir a Tolhuin. Él venía bien; entonces fuimos y cuando llegamos al lago Fagnano se desató. Cambió la cara. Cuando empezó a gritar, a ponerse nervioso, empecé a mirar toda la situación. Estaba en el medio del lago, no había nadie. Tomé dimensión del riesgo, sentí que podía morir”. 

 

“Antes de eso hubo episodios donde me agarró del cuello o del brazo. Ahí -en el Lago- comenzó a golpearme la pierna, el estómago y la típica, me comenzó ahorcar. Mi estrategia siempre era calmarlo, le decía que lo quería, pero después terminaba presa de esas palabras. Ese momento fue mi decisión y le dije con la voz entrecortada -porque estaba siendo ahorcada-, le digo “matame”; dos veces le repetí. Ahí me soltó, como que se sorprendió de lo que le decía. Le dije matame porque te voy a matar”.

 

“Ahí agarré la manija, salí. Él me agarró de la ropa, casi salgo desnuda. Empecé a correr y él salió con el auto atrás. Encontré un grupo de gente de Ushuaia, me ayudaron y me llevaron a la comisaría, a ellos nunca le tomaron los datos. Me llevaron a ver a la doctora, puso -en el certificado- “lesiones leves”. Para mí había sido casi la muerte”.

 

Ambas víctimas realizaron algún tipo de presentación legal, desde la denuncia en la comisaría como así también en el respectivo juzgado que ha dictado acciones no más allá de prohibiciones de acercamiento. Sin embargo -asegura Maru- que “ahora baila tango en el austral. Me piden que no lo escrache. Yo me enteré de 3 casos aunque sé que hay uno más”.

 

Como conclusión dice Lorena que “me enseñó a salir de ahí y defenderme. Aunque suene paradójico, me siento orgullosa de sacar lo mejor de esa experiencia y hacerlo una elección de vida. A no ser tan individualista, sino preocuparte por los demás y decir no quiero que le pase a nadie más”.

 

Al finalizar este informe, Maru fue notificada de “abstenerse de generar publicaciones al respecto” y despertó nuevamente la indignación hacia este nuevo hecho de violencia institucional.

 

Publicamos el siguiente informe en solidaridad con todas las víctimas de la violencia de género, con la firme convicción de seguir alentando por libertad e igualdad de todas las personas, haciendo visible en nuestra sociedad la problemática general, sumando voces de nuestra región a la causa que emprendieron millones de mujeres en todo el mundo.

 

 

 

Si sos víctima de violencia podes llamar al 144 Linea Nacional

 

Río Grande:

 

Direccion de atencion temprana, Poder Judicial - 9 de Julio 833, Teléfono 02964-435034/435029/15625666

Direccion de defensoria municipal, Pasaje Roca y Alte Brow, teléfonos 02964-436237/15526548, URGENCIAS 103 (Defensa Civil)

Provincial Secretaria de Politicas de Genero

 

Ushuaia: Beauvoir 1625, Intevu 17, casa 116, teléfono: 02901-430874

Tolhuin: Mariano Moreno 1406, teléfono 02964-463118

Río Grande: El cano 93, teléfono 02964-427623. B° Margen Sur El Puestero 50, teléfono 02964-441199

EMERGENCIAS COMISARÍA DE GÉNERO, Río Grande, Thorne 2150, Casa 41, teléfono 02964-427377

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