El tiempo - Tutiempo.net
martes 23 de abril de 2024 - Edición Nº1966

Nacionales | 28 may 2018

Violencia Institucional

“No nos van a encontrar callados”

En la madrugada del domingo, detuvieron a Roque Azcurraire, fotógrafo de la organización latinoamericana La Garganta Poderosa. La misma prefectura que torturó a sus compañeros Iván y Ezequiel, es la misma que intervino en su casa de la Villa 21 y detuvo tanto a Roque como a su hermana y otro vecino.


Por: La Garganta Poderosa

Esta semana, el movimiento de La Garganta, denunció seis casos similares ocurridos en los últimos dos meses, “esa misma que tiene 6 agentes con prisión preventiva por hostigarnos, esa misma que acaba de ingresar al domicilio de nuestro fotógrafo, para golpearlo y seguir golpeando a otro menor que acababan de maltratar” explican en su página de Facebook.

“Mi casa está ubicada en un pasillo de la Villa 21” detalla Roque. “Y ese pasillo nace justo en la casa de Iván Navarro, nuestro compañero torturado hace dos años por esta misma Fuerza, que hace una semana tiene a 6 prefectos en el banquillo de los acusados por esa causa. O sea, lo torturó la Prefectura y hoy lo cuida la Prefectura”.

 Continúa con que “justo ahí, se les dio por empezar a reprimir el tumulto de personas que habían agitado ellos mismos, con sus maltratos a los chicos. Al principio, traté de apaciguar los ánimos mediante el diálogo, pero poco a poco iban cayendo más y más uniformados, con escudos antidisturbios. No había delito, ni conflicto, ni nadie para perseguir: había un plan premeditado, para venir a reprimir. Así, de una, comenzaron a repartir palazos a mansalva y balazos de goma contra la casa de Iván, donde además vive su papá, que debe declarar el próximo viernes”.

Roque decidió resguardarse con su familia en su domicilio, a lo que –sin orden judicial- la prefectura procedió a derribar su puerta y “trataron de señalar que utilizábamos un palo para defendernos, cuando el único palo que había era la "llave" que cierra desde adentro nuestra casa, donde vivimos tres familias juntas, sin cerradura”.

E embistieron contra todxs, pegándole a su cuñado, manoseando a su hermana, arrastrándolo por el piso, lastimándolxs a todxs. “Fuimos trasladados hasta la garita en Luna y Luján, padeciendo la misma práctica que aplicaron en los 6 casos de tortura que La Garganta denunció en mi barrio, sólo entre abril y mayo: el ‘levantamuertos’”.

“Al llegar a la garita, nos tiraron en el piso y hacían fila para golpearnos. Nos obligaban a repetir nuestros nombres, entre rodillazos a las costillas. Y después otra vez, entre pisotones en los pies. Y después otra vez, entre patadas a los tobillos. Y después otra vez, entre piñas a la cabeza”. Relata que, además, les dijo que tenía una hendidura en el cráneo y podían matarlo si seguían haciendo eso. Pero la respuesta fue: “Por eso lo hacemos, porque a ustedes hay que matarlos".

Después de tres horas, lo trasladaron hasta la Comisaría 30 junto a su cuñado –Pablo-. Les repetía en el patrullero: “Ya está, basta, si me van a matar, mátenme, pero mátenme ahora”.

“No tengo dudas que me pasa por pobre y me pasa por negro, pero también me pasa por no callarme la boca y por seguir abriendo La Garganta, para que nuestro grito retumbe por todos lados”.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias